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"Conflicto del campo: egoísmo y miedo"

En referencia a este desgastante conflicto digo: siento pudor y hasta un poco de inferioridad literaria, habida cuenta del excelente y clarificador análisis que sobre este mediático tema realizara el señor Osvaldo Pellín a este diario.

No me moviliza ninguna expresión o costado de fanatismo, mucho menos una cuestión de clases sí, y lo admito, me impulsa una reacción visceral, de rebeldía con memoria y de conciencia social y humanística que todos deberíamos conservar y estimular cotidianamente -sobre todo- la inmensa mayoría del pueblo trabajador de este bendito país.

El campo no tiene un solo fundamento serio y moral que avale su mercenario accionar; siempre fue un sector, importante sí, pero nada más que eso, no el ombligo del mundo o la casta y reserva moral como se creen y venden mediáticamente.

En el 2001, siendo yo un simple funcionario, los vi recorrer cada secretaría, ministerio, municipio o pasillos gubernamentales, mendigando lastimosamente subsidios, emergencias agropecuarias, bonos, ayudas institucionales y todo lo que tuvieran a mano o pudieran rapiñar.

Su incapacidad, holgazanería y el nefasto gobierno de Carlos Saúl... los había liquidado; coincidencia... es el mismo Carlos Saúl con el que se abrazaron en el Congreso, en la Sociedad Rural y con la bendición y aprobación mediática y las conocidas y patéticas caricaturas del feudalismo vernáculo.

Hoy con la situación "personal" y del sector resuelta, con sus deudas licuadas a valores irrisorios, con las hipotecas de sus campos recuperadas, la renovación total de sus maquinarias, alambrados, molinos, mangas, stock ganadero anterior a la crisis y lo más trascendente e innegable... el valor de sus tierras. Antes de la crisis en el 2001, en la provincia de Buenos Aires el valor de una hectárea de campo emparejada a láser y con riego oscilaba entre los 800 y/o 1.000 dólares, hoy "señores pedigüeños"... esas mismas tierras valen... de 3.000 y 4.000 dólares la hectárea... Si este sector está mal... ¿qué deberíamos hacer los obreros, empleados, maestros o desempleados? Por favor, no sean desvergonzados y no invoquen a Dios tan impiadosamente... Con toda seguridad -nuestro Señor- no estaría con ustedes, con su eterno egoísmo, con sus miserias visibles y con su escondido y disimulado miedo.

Por qué tienen miedo... saben de sobra que han actuado mal, en general, y que algunos productores, los menos, pero los más golpistas y reaccionarios, si hubiesen podido voltear al gobierno democrático, lo hubiesen hecho sin ningún remordimiento como tantas veces lo hicieron.

No comparto muchísimas cosas de este gobierno, entre otras, la evidente corrupción, el disimulado autoritarismo y el vergonzoso manejo de los fondos de Santa Cruz, pero... no se confundan "llorones", voy a luchar contra ustedes desde el lugar que me toque y todos los días de mi vida.

Juan Carlos Pellejero

DNI 7.650.132

Centenario



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