Leí con atención el artículo publicado en este medio el 29 de setiembre último bajo el título "Alarman las condiciones de riesgo de incendio para el verano", el que me ha causado gran preocupación.

Del contenido del artículo se desprende que la próxima temporada estival será de alto riesgo en materia de incendios. Si a ello sumamos antecedentes recientes en el país como, entre otros, los incendios en el delta del Paraná y el último en las sierras de Córdoba, la preocupación es aún mayor.

Todos pudimos observar a través de distintos medios la escasez de recursos y equipos de quienes deben luchar contra este flagelo, como en las sierras cordobesas, donde la precariedad alcanzaba aspectos ciertamente increíbles como tener que combatir el fuego con bolsas mojadas mientras se apostaba a que una lluvia apagara el incendio. Por suerte dicho fenómeno ocurrió -no sólo llovió sino que nevó- y las pérdidas no fueron aún mayores. En el caso de las provincias patagónicas, los bosques andinos son de un valor inigualable y es penoso pensar en la posibilidad de que se desaten focos incontrolados. Es por ello que -a la luz de las opiniones fundadas que se mencionan en el artículo y de sobradas muestras del precario equipamiento de que disponen en la actualidad los responsables de la lucha contra el fuego- me permito recordarles a las autoridades nacionales y provinciales del sector que existe un antecedente que tal vez pueda ser de utilidad.

El Estado de Québec, en Canadá, ha creado una empresa aérea para el control de incendios en las amplias superficies boscosas de ese país. La compañía dispone de naves especialmente diseñadas para operar en condiciones muy similares a las de nuestra cordillera. Sus aviones, con una capacidad generosa de transporte de agua, cargan sus tanques en vuelo y lo logran con un "simple" roce sobre la superficie de los lagos. Esto les permite lograr una frecuencia de aporte en tiempos breves, lo que redunda en una alta eficacia en el combate del fuego.

El gobierno de la provincia del Neuquén realizó una experiencia concreta en el verano 2000/2001, ya que a través de un convenio con la empresa mencionada durante ese período crítico logró disponer de dos aviones con su tripulación que, con asiento en San Martín de los Andes, operaron con alta eficacia. Existe una situación que favorece esta posibilidad. Ocurre que como consecuencia de las estaciones opuestas, estos equipos "invernan" durante nuestro verano; de esta forma se facilita un acuerdo como el que se concretó.

Esta posibilidad de disponer de un equipamiento tan sofisticado y eficaz para el combate del fuego no implica dejar de reconocer el esfuerzo, la capacidad y el valor de todas las brigadas e integrantes de las distintas áreas tanto provinciales como nacionales de lucha contra los . Esto es simplemente un aporte para mejorar la capacidad operativa de la lucha contra los incendios; en la provincia del Neuquén figuran estos antecedentes y, además, en la gestión participó un reconocido ex piloto, el Sr. "Cacho" Tarruela, quien puede ampliar este comentario.

Mario Ever Morán

LE 7.351.563

Centenario