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"Pesca y devolución, ¿esencia del deporte?"

La esencia de la pesca no está en la diversión sino en el medio para obtener alimento (que, obviamente, también es fuente de felicidad). Desde su aparición en esta maravilla que es el vivir, el hombre procuró por necesidad, para sobrevivir, obtener alimentos de su entorno.

La naturaleza lo proveyó -y aún lo hace- de todo cuanto sea comestible y no perjudicial para su salud y nuestro género fue perfeccionando los elementos que le servirían de armas. El propósito: aumentar el poder ofensivo para que la captura fuera cada vez más fácil y efectiva; debía alimentarse.

Hoy el arma moderna (entre otras) consta, básicamente, de un reel, una caña, varios metros de nailon y un anzuelo, si de buscar un pez para ser pescado se trata.

El pescado es uno de los alimentos más importantes y primitivos con que el humano se ha nutrido. Hoy se trata de instalar en el mundo entero la pesca con devolución, lo que desnaturaliza su esencia de actividad sana, sustentable, ética y renovable en pos de cuidar el recurso, recurso éste cuya existencia en el tiempo depende de que seamos ecológicos en su consumo y sepamos reglamentar, controlar y amar lo que hacemos.

Esta regla permite matar; se mata al individuo y no a la especie. La naturaleza existencial contempla la posibilidad de matar, sacrificar, por ello en la relación víctima-victimario hay una marcada superioridad en la cantidad de quienes representan las potenciales víctimas; basta observar la relación peces-sapos-insectos, etcétera. Un paradigma lo encontramos en la relación humanos-vacas: se matan cantidades increíbles de estas últimas para consumo y sin embargo no se afecta el recurso ni se prohíbe su matanza y "extracción"; se controla debidamente.

Muerte-consumo-recurso sustentable renovable se vuelven conceptos que no se excluyen entre sí; al contrario: se complementan. Dios nos mata a todos; sin embargo no depreda, sólo que sabe cuándo y cómo.

La especie no se extingue y todos nos alimentamos; tal vez algún día quienes puedan y deben, cambien.

Esto no es más que la transcripción de un pescador deportivo, Leopoldo Arístides Pérez, de Corrientes.

Me gustaría agregar a este comentario que en nuestra provincia del Neuquén la pesca deportiva no ocupa ni tiene la importancia que verdaderamente debería tener, no es un tema de Estado. Si no se explican los errores que año a año se cometen, su ineficiencia, su ignorancia, nos dejan a años luz de la realidad. Lógicamente que es imposible explicar todas sus fallas en una carta de lectores, sólo me remitiré a comentar que el Estado debe informarse debidamente y con quienes corresponda para evaluar de qué hablamos. Digámosle a la sociedad que actualmente las reglamentaciones se hacen en grupos cerrados, elitistas y discriminatorios -ojo: dije "discriminatorios"-.

Por último, le recuerdo al Estado que no vamos a aceptar lo habitual como cosa natural, su desorden y confusión organizada, arbitrariedad y discriminación consciente de actitudes incomprensibles. Aun así nada nos debe parecer imposible de cambiar, sólo de este modo seguiremos convencidos de que lo imposible es posible.

José Heberto Ponce

DNI 5.265.865

Neuquén



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