Uno de los temas, si no el principal, que aquejan a los funcionarios tanto del municipio de la ciudad de Neuquén como de la provincia tiene relación con las consecuencias derivadas de la inacción por parte del Estado en los últimos años respecto de la cuestión habitacional en la ciudad y, por más negativo que suene, no parece avizorarse en el horizonte un cambio de actitud con respecto al asunto en el mediano y el corto plazo.

El derecho a la vivienda propia, dentro del vasto universo de derechos de los que el individuo es titular, es uno de los primordiales y más necesarios de respetar y garantizar, dado que constituye la base de un orden social armónico en el que se deben contemplar la dignidad de las personas, el esfuerzo personal, la proyección a futuro, la salud, la perspectiva económica, las relaciones sociales y, sobre todo, la certidumbre del desarrollo humano, entre otras cosas. Y es en la acción de garantizar este derecho donde el Estado está fallando: no auxilia ni escolta a los ciudadanos para darles soluciones concretas con respecto a cuál sería la mejor manera de involucrarse para obtener acceso a la vivienda propia.

En este punto quiero dejar en claro que no apoyo la idea de un Estado que se involucre para urbanizar, edificar y suministrar sin más responsabilidades; más bien escudo la idea de un Estado -en este caso el municipal- que se incluya y empape de las realidades de diversos sectores para poner a su servicio y disposición un conjunto de herramientas políticas e institucionales para que el ciudadano, en pleno uso de ellas, logre involucrarse con un proyecto como el de la vivienda propia, proyecto éste que no se reduce a edificar sino que va de la mano de obras de infraestructura que mínimamente deben incluir el aprovisionamiento de agua corriente con calidad apta para consumo humano, redes de gas, alumbrado público y cloacas, condiciones mínimas para que la vivienda sea digna de un ser humano.

Otro aspecto a destacar acerca de por qué el tema de la vivienda propia es tan importante, es lo que representa en sí misma para cualquier comunidad como sostén indispensable para el desarrollo humano en relación con el entorno: es el lugar físico por excelencia donde la institución familiar se sustenta, se nutre y se engrandece y gran parte de la conducta y los modales que en el hogar se cultivan es la que extrapolamos a la sociedad, donde los manifestamos. Un ilustre intelectual solía decir que "somos nosotros y nuestras circunstancias", y sin lugar a dudas la familia es parte de nuestros eventos; nos moldea, nos influye, nos forma y transforma... y la vivienda, como instrumento para poder fomentar más y mejores vínculos, ya sea con el círculo más íntimo de personas y la sociedad, es fundamental. El papel del hogar en la educación, en todos los ámbitos, es fundamental.

Hay diferentes modos y mecanismos para afrontar la situación, pero lo que debe hacer común a cada uno de ellos es el contemplar las instituciones y las herramientas competentes con responsabilidades sobre el asunto. Lo único que no puede seguir pasando sin ningún tipo de acción es el tiempo. Como punto de partida para empezar a solucionar el problema habitacional en la ciudad de Neuquén debemos dimensionarlo para tener certeza de a qué nos enfrentamos, y es por ello que en forma urgente se debe realizar un registro único de postulantes y hacer un censo de tierras para saber cuánta gente necesita vivienda y cuánta tierra tenemos para urbanizar.

Los vecinos de la ciudad ya hemos sido testigos de diferentes manifestaciones que han tenido lugar en el último lapso de tiempo con el fin de hacer notar que un amplio sector de la sociedad no logra acceder a ese elemento primordial y componente indispensable de la sociedad que es la vivienda.

Guido Pedro Bruveris

DNI 31.478.006

Neuquén