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"Hay que conocer la historia"

Cuando los conquistadores españoles llegaron a América, los indios no conocían ni el caballo ni tampoco las otras haciendas que hoy pueblan los campos argentinos.

Fue el primer adelantado, don Pedro de Mendoza, quien los trajo y con ellos se llenaron nuestras campiñas y llanuras, convirtiéndose en la "gran riqueza nacional", es decir el campo.

Tanto es así que la riqueza salida de la ganadería y la producción de la tierra toda motivó a la gente del campo a organizarse y a darse cuenta de que necesitaban un interlocutor válido ante la autoridad virreinal.

Le cupo tal honor al distinguido abogado y luego uno de los más grandes héroes nacionales don Manuel Belgrano. Su actuación en la historia a favor de los productores agropecuarios fue llamada "La representación de los hacendados".

Éste fue el comienzo del auge de la actividad agropecuaria que con el tiempo nos hizo tan importantes ante el mundo, como grandes productores y exportadores.

La Argentina era conocida como uno de los grandes graneros, juntamente con EE. UU., Canadá y Australia. Y que juntos socorrimos con alimentos a los pueblos desangrados por las dos grandes guerras mundiales.

Además nadie puede negar que era conocida como la gran productora de alimentos, esta verdad era la realidad, porque se consideraba al campo la palanca motora de nuestra riqueza, que a su vez incrementaba a todas las otras actividades.

¿Cuándo perdimos esto?

¿Cómo es que mentes mal evolucionadas desconocen (o qué?) esa realidad que nos hizo una Nación rica y con tanto potencial?

¿Por qué nos merecemos estas autoridades?

En los recientes reclamos del campo una inmensísima mayoría del pueblo activo se unió a los productores sin condiciones ni mezquinos intereses sino por el convencimiento de que la riqueza agropecuaria es el basamento de todo, del comercio, la industria y todo lo que está a la vista del progreso.

Y por sobre todo para repudiar la forma que quieren volver a imponer para gobernar, menospreciando la capacidad de un pueblo y su poder verdadero como único soberano.

Se supone que quienes ocupan cargos importantes en el orden nacional no deben desoír los vientos de verdadera democracia que se clama.

 

Rosario Sebastián Vaccarisi

LE 1.579.394

Cipolletti



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