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"¿Quién protege a las niñas mapuches?"

Nos llenamos la boca y gastamos ríos de tinta, hasta películas, para hablar del derecho de los pueblos originarios. En especial los mapuches. Pero no todo es cierto y en realidad hay muchos intereses atrás de las peticiones de estos pueblos que sorprenderían la buena fe de más de uno.

En Junín de Los Andes, a escasos 15 km de la ciudad y camino a la precordillera, se encuentra una zona cuyo nombre es Pampa del Malleo, ocupada por mapuches de la tribu de los Painefilú. Son cerca de unas 10.000 hectáreas donadas a los mapuches en donde tienen sus viviendas y desarrollan su vida, algunos agropecuaria y otros religiosa como sus ancestros.

Dentro de las 10.000 hectáreas hay una pequeña chacra de propiedad, con título dominio extendido, de las monjas Hermanas de María Auxiliadora, congregación salesiana. Las Hermanas están hace 30 años y han construido, con gran esfuerzo y sobreponiéndose a un incendio ocurrido en 1985, el hogar escuela "Mamá Margarita", donde se da educación y vivienda a más de 100 niñas mapuches tanto de la zona del Malleo como de tierras mucho más alejadas, de allí la necesidad del pupilaje.

El hogar "Mamá Margarita" hace que las pequeñas tengan educación primaria en una zona donde la educación es un privilegio. Este lugar consta de cuartos con cama de primera, una capilla, cocina y comedores increíbles para el lugar donde están.

Cabe aclarar que este predio fue donado por los mismos Painefilú, que realmente querían y quieren este tipo de educación para sus hijos.

Hoy esta comunidad está manejada por un lonco (cacique) de religión evangélica, el cual se autotitula "pastor" y pertenece a un linaje diferente a los que donaron el predio y posibilitaron la construcción y desarrollo de este hogar escuela modelo.

Hace dos años, por presión del lonco cuyo nombre es Miguel Huenuquir, casi usurpan el lugar aduciendo que la religión y la educación que se imparte a las niñas son contrarias a las costumbres mapuches. Esto lo hace por la fuerza y en contra de la opinión de la mayoría de las madres y los padres de las niñas, pero escudado en la Federación Mapuche, los docentes progresistas de la zona y obviamente en el poder de la fuerza y el dominio que le significa ser el cacique del lugar.

Para que se entienda, el lonco maneja la distribución de la leña, los planes de jefes de familia provinciales y nacionales. La leña es imprescindible para la temporada invernal. Es un clientelismo mapuche, todo muy parecido al nuestro. Las monjas ya no soportan la presión ni la provocación; imagínense que de noche y de día se les presenten algunos de estos "pesados" en un lugar donde la soledad y el silencio son moneda corriente.

¿Cómo hará el intendente para reemplazar la dedicación y amor que durante decenios practicaron las monjas? ¿Con profesores del sindicato docente? ¿Con hombres de la confederación mapuche?

La comunidad religiosa mira absorta cómo el atropello del poderoso tira por la borda el trabajo de 30 años de apostolado, cómo el tema de los pueblos originarios tiene un fin político y no social ni humano. Son todas prebendas para los que más tienen de la comunidad, cuyos rehenes son sus mismos indígenas.

El obispo de Neuquén, monseñor Melani, usa el "no te metas" como bandera y se escuda tergiversando el legado de monseñor De Nevares.

Hoy los mismos mapuches se quedan sin colegio primario, la Iglesia tira por la borda 50 años de trabajo y engaña arteramente a todos los donantes que hicieron posible el hogar, con construcciones de 900 m2 cubiertos y colocación de tuberías de gas, calefacción, etc.

Pregunto: a partir de estos hechos ¿quién se va a animar a donar un mísero peso a la Iglesia Católica? ¿Saben las Hermanas de María Auxiliadora que no han estado a la altura de las circunstancias? ¿Lo sabe el obispo Melani, que ha permitido en forma increíble la usurpación y el avance de un "pastor" evangélico en territorios católicos?

Las grandes perjudicadas son las familias mapuches en general y las niñas en particular, que nadie las defiende porque sus autoridades hacen política y negocio y les importa un comino el futuro... aunque en los medios digan lo contrario. Por eso ciertas ongs y algunos luchadores por los derechos de los pueblos originarios son pura sanata e hipocresía. Por ello, ¿quién protege a las niñas mapuches? ¿Ni siquiera la Iglesia, que no pelea una flagrante injusticia y acepta la usurpación? En los pagos de Ceferino Namuncurá, un mapuche de ley, los obispos y sacerdotes no le hacen el más mínimo honor.

 

Carlos Nougués,

DNI 10.203.715

Buenos Aires



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