Si, no me equivoco con el título, porque esta solución sin sentido es dañina y no sólo no sirve, sino también atenta contra la vida de las personas, porque a veces uno no los ve o no sabe que están y choca con estas grandes protuberancias colocadas en las calles, y aunque sea a poca velocidad nuestros vehículos sufren un gran golpe, que a veces nos obliga a llevar el auto directamente al taller, así como puede ocasionarnos un accidente por quedar algún elemento dañado del auto. También se siente en nuestro cuerpo, al subir bruscamente el auto, un golpe en la columna vertebral, sobre todo en la gente mayor.

No sé a quién se le ocurrió esta ridícula idea que ha sido sistemáticamente adoptada en todo el país, pese a que la mayoría de la gente está disconforme, y lo digo con conocimiento porque personalmente consulté. Es la manera de medir a todo el mundo con la misma vara, gran error, porque la gran parte de los automovilistas son prudentes, y no tenemos por qué sufrir en las calles, por culpa de una minoría imprudente. Así pagamos el pato todos al no poder manejar con placer por las calles para lo que se hicieron, si no sufrir.

Los funcionarios que dan órdenes de este tipo de medidas antes tendrían que ver cual es la causa de accidentes en las estadísticas, y saber que gran parte de los mismos se producen los viernes y los sábados por la noche debido al alcohol. Si los lomos de burro sirvieran, entonces que los pongan en las rutas, en las avenidas y en todas las calles cada 30 m., sería un caos, porque sabemos que la mayoría de los coches actuales pueden desarrollar en distancias cortas rápidas velocidades, así se comprobaría la verdadera torpeza de quien ordena esto.

La mejor solución es con severas multas, proporcionales al valor del auto y secuestro del mismo hasta que abone la infracción el imprudente, así con el mejor castigo del mundo que es tocarle el bolsillo. Se obtendrán excelentes resultados, y si se reincide penar con cárcel a los que atentan contra la vida reiterativamente, así la mayoría de las personas que son los prudentes serán beneficiados, y no tener por qué pagar las consecuencias de este castigo de una minoría culpable. Hay lomos de burro que son un atentado a la vida como los que conducen al mirador neuquino, que si uno no sabe de su existencia y no los ve en una sola pasada, puede destruir el tren delantero. Otro en la calle Jujuy, de Neuquén, era tan salvaje que fue retirado y hicieron uno más bajo que igual es alto. Ni hablar si hay urgencias donde la vida o la seguridad son cruciales. También esta ocurrencia cuesta al país y a todos los argentinos muchos millones, porque al frenar y acelerar reiteradamente por culpa de estas protuberancias, el vehículo consume más nafta y por supuesto el desgaste inútil de frenos, cubiertas, etc., y no me equivoco, porque si multiplicamos los miles de lomos de burro que hay en el país por los millones de aceleradas y frenadas inútiles, al final del año es una cifra fabulosa que todos pagamos y no nos damos cuenta. Estas ocurrencias erróneas tienen que ser corregidas y se deben retirar todos esos obstáculos, aplicar severísimas multas a infractores y se le van a sacar las ganas de correr.

Si no hay cambios con respecto a estos lomos de burro, personalmente iniciaré acciones legales al organismo responsable y al funcionario que ordenó esta inútil medida, por atentar contra mi vida y la de todos los ciudadanos, la integridad de los vehículos y la libre voluntad de circular de un modo normal. También creo que se pueden multiplicar las demandas como a ocurrido en otras partes del país.

Horacio C. E. Marcote, DNI 11.233.956

Neuquén