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"Docentes eran los de antes"

Como docente jubilado acompaño a mi esposa, quien desde hace más de diez años recorre escuelas en gran parte de la provincia, vendiendo libros de texto a docentes y alumnos. En todo este tiempo hemos establecido valiosas amistades y obsequiamos, en más de una ocasión, libros de promoción a escuelas y docentes. Sabemos de las necesidades de los establecimientos más alejados y de los alumnos, cuyos padres hacen grandes sacrificios para poder comprar un libro de texto.

Faltaba la excepción que confirmara la regla. En los primeros meses de este año llegamos a una escuela de Las Lajas. Dejamos libros para que el personal docente conociera el nuevo material, con el propósito de volver a la semana siguiente. A pedido de un docente, mi esposa envía el libro con una colega.

Hace 20 días (a mediados de agosto) volvimos a esa localidad, porque vía telefónica y después de mucho insistir este docente prometió pagar el libro, por lo que debimos viajar nuevamente.

Nuestra sorpresa fue grande cuando el docente no sólo se negó a pagar, sino que llegó al improperio y al insulto.

El libro en cuestión vale $45. Delante de mí y de alumnos que se encontraban en las proximidades y que fueron testigos de lo que ocurría, nos dijo que volviéramos al día siguiente, que nos pagaría y nos devolvería el libro. Por supuesto que no regresamos. El costo de dos viajes, Zapala - Las Lajas, supera el valor del libro. De modo que no recuperaremos el libro ni su valor.

Por eso el título de esta nota: "Docentes eran los de antes". Conocemos a cientos de docentes que hacen honor a su título.

Pero hay excepciones.

 

Francisco Romero

DNI 7.983.817

Zapala



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