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"¿Por qué impiden acceder a los 23 pozos no concesionados de las termas de Lahuen Co?" | ||
Apenas llegar a las termas de Lahuen Co el viajero es recibido por un desprolijo vallado, un alto y despatarrado cerco que nos impide ver y acceder al "SPA de montaña", como si se tratara de un área altamente peligrosa, un pequeño y agreste "Chernobyl" donde varios carteles nos advierten de la desagradable posibilidad de morir hervido en esos peligrosos humedales, por lo que se niega el acceso del público visitante, al mallín. Obvio que se puede entrar al spa oblando tarifas de "alta gama", debiendo dejar las instalaciones a las 18 hs. Para los usuarios históricos de la termas de Lahuen Co lo incomprensible y absurdo de la actual situación es la absoluta imposibilidad de utilizar el resto de los pozos (23) que quedaron bajo el poder y arbitrio del concesionario, quien desde que ganó la licitación aquel nefasto junio de 2002 vedó el acceso bajo el pretexto del peligro que implicaba la obra en construcción mientras ésta se desarrollaba lejos del sendero que conduce a ellos. Es importante destacar que estos pozos quedaban fuera de la concesión debido precisamente a la demanda histórica, en razón de la enorme cantidad de usuarios que durante décadas buscaron aliviar y/o restablecer su salud gratis y sin pretensiones en esas aguas. Lo patético de este absurdo latrocinio es que se perpetre bajo las narices de los funcionarios y asesores del Parque Nacional Lanín, de la misma institución que construyera alojamientos, materas, picadas etc. para el uso gratuito de las aguas por pobladores y visitantes durante décadas. Muchos usuarios nos preguntamos si es desidia, liviandad, torpeza lo que nos impide, lo que no nos habilita desde hace años a continuar con un saludable rito que para muchas familias pasa el medio siglo. Resulta difícil comprender la actitud del concesionario. El gran pozo, el pozo principal que éste mejoró era todo lo que se licitaba. Esto estaba claro desde el principio. Así lo entendimos todos, pero también es cierto que sólo somos "chatos de la zona" no entrepreneurs porteños. También cabe la posibilidad de que algún escriba de Parques Nacionales perdiera alguna coma al copiar las bases del pliego de licitación o quizás el concesionario tenga un enorme apetito de "área protegida" o puede ser que sufra un exacerbado sentido de la propiedad privada. Sea lo que sea lo que aqueje la salud de estos esforzados inversores, la magnitud del despojo, el zarpazo, ofende, indigna. El proceder de Parques Nacionales da vergüenza ajena. La facilidad con que los pillos en nombre del progreso hacen sus negocios resulta patética. Ayer nomás fue la malograda "hostería en cerro Abanico", hoy se llama termas de Lahuen Co, deberíamos preguntarnos cuál de nuestras joyas regalarán mañana estos discípulos de María Julia Alsogaray. Este emprendimiento pudo haber sido un progreso para quienes esperaban mayor confort, más servicios y pueden pagarlo. El resto de esta maravilla llamada Lahuen Co, los otros 23 pozos seguirían sirviendo a tantas otras gentes resultando en una ecuación perfecta. Pero no, pudo más la voracidad de oportunistas que a la sombra de funcionarios eufóricos, segados por su intoxicada autoestima, revolearon a la marchanta otras de las escasas joyas de la abuela, nótese que éste concesionario se quedó con las instalaciones del camping también -que desactivó- e inclusive las dependencias de la APN, matando con esta última actitud la presencia institucional en el área. Se cumplieron 6 años ya desde que los pobladores y usuarios históricos, en su gran mayoría personas de escasos recursos, perdieron para siempre las termas de Lahuen Co. Estas reflexiones espero logren inducir a cualquier otro espíritu inquieto a buscar otras versiones, algo que nos permita entender el porqué de tanta impunidad o el cómo algunos individuos, por unas monedas, se quedan con lo que la inmensa mayoría jamás pensara que se pudiera enajenar. Todo esto pasó a pesar de que muchos vecinos advertimos a las autoridades locales de PN, inclusive mediante formales presentaciones, que como es de costumbre últimamente, no merece ni siquiera la respuesta formal. Porque aquí pudo más la falta de cultura general, la falta de sensibilidad y sensatez hacia el medio ambiente o sea: el analfabetismo ecológico. También pudo más un voraz apetito por áreas restringidas, privilegiadas, únicas y muy poca vergüenza... Y eso tiene mucho delito.
Roberto E Pfister, DNI 7.564.134 San Martín de los Andes |
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