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"Perdón San Cayetano" | ||
Por su privilegiada ubicación geográfica, rico suelo y subsuelo, excelencia de clima, lagos, ríos, imponente cordillera y majestuoso mar, la Argentina es una más que agraciada Nación. De toda esa exuberancia, Neuquén, por su formidable potencial económico, nítidamente sobresale del resto de las provincias ya que produce el 51% del gas y el 25% del petróleo del país. De sus cerros se extrae oro del mejor. Tiene en cantidad variedad de animales cuyo pelo/lana tiene alto valor. Dota de energía eléctrica a casi toda la Nación. Posee buenos reservorios del estratégico uranio y mucho más. Si tanta riqueza se hubiera administrado con tan sólo una mínima cuota de capacidad y probidad del pueblo neuquino, como el argentino, serían ,y por lejos, los más prósperos y felices del planeta. No obstante lo innegable de lo expuesto, la realidad es muy diferente. Según datos del INDEC publicados hace un año, Neuquén es la provincia que menos creció en todo el país. En la Patagonia es campeona de pobreza y marginación social. Por ahora, debido a un circunstancial auge de la construcción, perdió el primer lugar de gente desempleada. Pero, se consolidó como líder nacional en el suicidio juvenil y la deserción escolar -seis de cada diez alumnos abandonan los estudios-. Es estremecedor el índice de drogadicción, alcoholismo y tabaquismo en los jóvenes. La prostitución, especialmente la precoz, y los nefastos juegos de azar van en incontenible auge. La inseguridad ha adquirido ribetes dramáticos. Además, por falta de recursos, los sistemas de salud y educación están a punto de colapsar. Las arcas públicas y el banco provincial no dejan de ser saqueados. El postergado interior, lejos de estar bien provisto de escuelas, talleres técnicos y diversas fábricas, como debe ser, está infestado de casinos, cabarets y otras lacras sociales más. Como muy bien lo decía la propaganda oficial: Neuquén... ¡Es confianza! Como es tradicional, el 7 de agosto pasado la comunidad religiosa universal celebró a uno de sus santos más venerados, San Cayetano, santo patrono del pan y el trabajo. Las multitudinarias y conmovedoras rogativas que a lo largo y ancho de nuestra patria se le hicieron por esos vitales elementos revela que existe un subredimensionado nivel de pobreza y exclusión en constante incremento, que humilla a millones de argentinos caídos en desgracia. Si bien es comprensible que ante semejante situación, propia de infortunados países, se recurra a la gracia divina para su solución, lo cierto es que poco y nada se justifica en el pueblo argentino, mucho menos en el neuquino, afortunados dueños de fabulosas riquezas que inexplicablemente se dejaron arrebatar por la rapiña de los malos gobernantes. Más aún cuando se ve que, elección tras elección, siguen siendo favorecidos con el voto de sus víctimas. Por esta razón es de sentido común considerar que, antes de hacer rogativas por pan y trabajo a San Cayetano, los argentinos, principalmente los neuquinos, debemos pedirle perdón por nuestra desidia cívica y, como lo manda la Constitución, recuperar cuánto antes esas considerables y legítimas fuentes de prosperidad y felicidad de las que fuimos despojados... antes de que se las lleven todas. Hugo César Navarro DNI 7.946.311 - Neuquén |
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