Lamentablemente, debo escribir esta carta para compartir con toda la comunidad lectora mi profundo sentimiento de desconcierto y malestar. Soy una simple peatona que diariamente circula por las pequeñas y angostas calles de mi ciudad en la que vivo desde que nací. Digo lamentablemente porque me pesa decir que en ella se cometen todas las infracciones automovilísticas y peatonales habidas y por haber, de las que Ud. prefiera. La educación vial en Zapala, si es que alguna vez la hubo, va en decadencia.

Para empeorar las cosas, las pocas señales viales que se colocaron en la ciudad están mal ubicadas dado que el municipio tuvo la gran idea de situarlas en lugares que no correspondían. La intención es buena, pero cuando hablamos de vidas humanas no basta con buenas intenciones: debemos obrar bien.

Además, la mayoría de la gente comete graves faltas y lo hace en ocasiones con tal desinterés y cotidianeidad que resulta indignante, irritante. Es por esto que me pregunto: ¿qué estamos esperando para reaccionar? Aun cuando sabemos todos que diariamente mueren o se accidentan seres queridos en las rutas o calles por cuestiones automovilísticas, ¿qué debemos elegir: seguir mirando a un lado o "ponernos los pantalones largos" y actuar? Creo que ni deberíamos estar pensando en la respuesta. En Zapala al igual que en toda la Argentina no basta con un infantil "sistema de puntos" para empezar a respetarnos a nosotros mismos y respetar la vida ajena.

Deseo de todo corazón que a ninguno de Uds, amigos lectores la vida les dé el "cachetazo" repentino de perder un ser amado en una ruta o calle para despertarse del dulce sueño de la bella durmiente y darse cuenta de que nos estamos asesinando entre nosotros sobre dos, cuatro o más de seis ruedas.

Cuando cruzaba la Ruta 22 pensé: el curso de conducir dura exactamente 1 semana, el mismo tiempo que le tomaría (creo) a una persona común y corriente aprender a usar un arma de fuego. Irónico ¿no?

Vanesa Paola Córdoba, DNI 30.588.173 - Zapala