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"¿Puede estar todo bien cuando hay tantas carencias en el hospital de Catriel?"

Días atrás una emisora local recibió la llamada de la ministra de Salud, Dra. Cristina Liliana Uría. Una de las cosas que dijo me sorprendió sobremanera, sabiendo que desde hace tres meses los hospitalarios hacen asambleas permanentes tratando de concientizar a la población de las distintas carencias que tenemos en el sector Salud y que desde la Legislatura municipal -y entiendo que desde algún legislador provincial- se han hecho gestiones ante la funcionaria para que atendiera los reclamos de esta comunidad: la ministra advirtió que recibía mensajes contradictorios desde nuestra comunidad.

Mi mayor preocupación es saber quiénes son las personas que en lugar de pedirle al gobierno provincial que se ocupe de mejorar nuestra salud se encargan de minimizar los reclamos y hacerle creer que todo está en orden. ¿Puede estar todo bien cuando este centro de salud surgió como un hospital de campaña, con una construcción provisoria que debía ser suplantada a lo sumo después de diez años con material adecuado para brindar un servicio de salud; cuando el hospital cuenta desde hace décadas con la misma cantidad de camas -18, y 8 habitaciones para internación- en una población que ha crecido hasta alcanzar alrededor de 30.000 habitantes; cuando no se cuenta con una sala para enfermedades infectocontagiosas y la que para ese fin se había construido es utilizada para otras necesidades porque el personal tampoco tiene el espacio físico que necesita para desarrollar su tareas?

Necesitamos que la provincia evalúe la categorización de nuestro hospital e invierta en una mayor cantidad de servicios y en una infraestructura adecuada, que no sean sólo parches para que algunos inauguren con elocuentes discursos y que al poco tiempo descubramos que son deficientes, sobre todo en los días de lluvia.

Nos hace falta un hospital de mayor complejidad, que represente la posibilidad de ofrecer un servicio superador a la población y una mejor remuneración para los trabajadores hospitalarios. La provincia debe pagar mejores salarios si quiere que profesionales elijan venir a Catriel, ya que aquí el alquiler de una vivienda es muy caro, así como el costo de vida; además, los profesionales están lejos de los circuitos que les permiten seguir capacitándose.

¿Puede estar todo bien cuando el servicio de mucamas no cuenta con un baño para ese sector y ocupa la sala de pre-partos? Pero ¿qué hacen el día en que hay partos? Además, los baños de las salas de internación están muchas veces fuera de uso porque existen problemas cloacales que afectan hoy a gran parte de la ciudadanía de Catriel.

¿Puede estar todo bien cuando las instalaciones eléctricas son deficientes y generan cortocircuitos en el laboratorio y una sola ambulancia puede hacer el traslado de pacientes al Valle con el único equipamiento de un tubo de oxígeno y una camilla? La misma tiene dos años y ya suma 200.000 kilómetros.

Pero quizá lo más alarmante sea que, teniendo el centro de mayor complejidad a más de 100 kilómetros de distancia, no contemos al menos con una terapia intermedia y con una ambulancia equipada a fin de lograr la sobrevivencia de pacientes en estado crítico.

La salud es un derecho y un problema de todos. Está bien que nos solidaricemos y busquemos soluciones a través de distintos organismos como la cooperadora, el gobierno municipal, empresas, etcétera, pero es el Estado provincial el que nos debe garantizar que Salud Pública cubra las necesidades de la comunidad de Catriel. Es triste pensar que la provincia recibe importantes recursos de nuestra comunidad a través de la explotación hidrocarburífera y no prevé recursos en su presupuesto para mejorar nuestro servicio sanitario

Viviana Germanier (legisladora municipal)

DNI 14.554.689 - Catriel



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