"Gracias", una palabra de sólo seis letras pero de un profundo contenido.

Lamentablemente, en estos tiempos aquello que no se mide en cifras monetarias a veces pierde valor.

Estuve 45 días internado en el CMIC; según dicen, en algunos momentos muy grave, días de terapia intensiva que no recuerdo.

Hoy quiero decirles a todos los que me cuidaron, encabezados por el Dr. Etcheverry, gracias, muchas gracias. Pero sobre todo deseo hacer público mi reconocimiento, porque no sólo ha sido la atención profesional sino también la humana la que ha ayudado a que ahora sienta que mi salud se está recuperando poco a poco.

Humanizar la medicina es un bálsamo también para el espíritu. Junto a los profesionales médicos, la atención -casi diría los "mimos"- recibida durante esos días ha sido por demás sorprendente. Y esto, prodigado por todo el personal de la clínica: siempre una sonrisa, una palabra de aliento, un pulgar en alto... pequeños signos pero de inmenso contenido que para mí significaban mucho brindados por todos, desde el personal que limpiaba mi pieza hasta el que me acercaba las comidas, los enfermeros, los técnicos de rayos X y otros.

Por todo esto y mucho más, muchas gracias. Es imposible pagar materialmente el afecto con que fui cuidado, por eso agrego ¡que Dios se lo pague! No duden: Él sabrá recompensarlos mejor que yo y por eso estarán siempre presentes en mi oración.

Los abrazo a todos en el afecto. Que Dios los bendiga.

Padre Federico Wernicke DNI 4.532.870

Villa La Angostura