Sería lastimoso y una verdadera "traición" a la patria si se hicieran cómplices de la mayúscula estafa que se está preparando entre el Estado y los sindicatos.

Debemos tener en cuenta que Iberia -cuando regalamos AR- desmanteló los talleres de Ezeiza y se llevó todo a España, junto con el link para la preparación del personal de vuelo y las últimas máquinas adquiridas.

Marsans recibe del Estado argentino -flor de regalo- el pago de los sueldos del personal de AR-AU desde junio del corriente -eso es lo que dicen, pero no lo creo-. A su vez la mitad de la flota actual no funciona por falta de mantenimiento y el resto es alquilado, por lo que la pregunta que se deben hacer, señores legisladores, es: ¿qué compramos? Sólo un fantasma devastado, anulado, sin rutas importantes y con el miedo de que en cualquier momento donde aterrice una máquina con ese hermoso cóndor de los Andes argentinos sea secuestrada. Existe sólo en los papeles y, si hoy algo tienen, es su maravilloso, capacitado y estoico personal.

Marsans ni siquiera puede abonar los sueldos; opera con el legajo de agencia de viajes y ha comprado 61 aviones por 5.000 millones de euros a la empresa Spanair -otra como Air Comet- pero nos reintegra AR-AU desmanteladas.

En mi opinión, primero debería hacerse una intervención seria y responsable, para ver dónde se encuentra el activo fijo con el que se entregó la empresa en 1991. Luego, lo que restaría sería evaluar si se está en condiciones económicas de recuperar las rutas perdidas, las máquinas y el material robado; meter presos a los responsables de toda esta debacle y sentarse a conversar sobre el particular.

Jorge Álvarez Funes

CIPF 4.341.582

Neuquén