Hace menos de 20 días como rionegrina sentí mucha vergüenza e indignación por la actitud de nuestros diputados. Vergüenza, por la manera en que dejaron a los productores, tan malparados, frente al resto de la gente del campo y por el hecho de que consiguieran algo a costa del malestar de otros, algo que hasta hace poco parecía inalcanzable como modificar las retenciones para nuestra región -y que por ahora es una de las muchas promesas-.

Me parecía inconcebible por parte de personas que nacieron en esta región y que suponemos que conocen la realidad de su gente, del productor, que lucha contra las inclemencias climáticas y los altos costos de los trabajos culturales para obtener un precio irracional luego de un arduo año de trabajo, sin olvidarnos de que a todo esto hay que sumar las retenciones.

Todo esto se vio reivindicado por el digno accionar del vicepresidente Julio Cobos, quien poniendo de manifiesto sus más caros sentimientos y despojado de toda soberbia hizo lo que su pueblo pedía.

Argentina es un país grande donde se mezclan todas las razas y religiones; inmigrantes de todo el mundo llegaron a este país con la cultura del trabajo. Pero este gobierno ha creado una cultura de la comodidad, donde todo se facilita con planes que callan los problemas del pueblo.

Este país necesita trabajo que dignifique a sus habitantes, para que todos puedan disfrutar de sus riquezas. Honremos a nuestros abuelos y bisabuelos, para que nuestros hijos se sientan orgullosos de ser argentinos.

Silvia A. de Mancini, DNI 21.384.442 Allen