Hace unos días acudí a la oficina local de Telefónica para solicitar la reparación de mi teléfono domiciliario que estaba sin tono.

Allí se me informó que no es oficina de reparaciones (varios carteles en el lugar lo indican) y llamé al 114.

Así lo hice y una voz "mecánica" me informó que por no haber personal disponible dejara mi reclamo siguiendo las instrucciones que me dio y cumplí. A los varios días reiteré mi llamado con igual suerte.

Cuando por tercera vez insistí... ¡me atendieron! y me dijeron que no era problema de línea porque la habían revisado, que verificara si el equipo funcionaba.

Contraté a un particular para tal tarea, quien comprobó que no era problema del aparato sino de la línea...

Hoy, volví a la oficina de Telefónica a pedir el libro de quejas pero se me informó que debo hacerlo en Viedma donde está el servicio de reparaciones.

Por eso recurro a este medio para dar a conocer lo que ya es sabido por muchos pero que nos molesta cuando nos toca personalmente.

Señores de Telefónica: hace unos años tuve que pagar unas llamadas que me facturaron a... ¡Afganistán! y que a pesar de mis reclamos no fue posible aclararlas.

Digo yo: si disponen de personal para llegar con promociones muy ventajosas cada poco tiempo, donde con toda amabilidad nos nombran por nuestro nombre de pila, ¿por qué no derivan a alguno de ellos para atender reclamos y solucionarlos?

Elena Beatriz Rodríguez, LC. 4.160.111

San Antonio Oeste