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"Impotente, descreído y humillado"

Como ciudadano común, de clase trabajadora, me siento impotente, descreído y humillado por la forma en que se ejerce la democracia en nuestro país, siempre los trabajadores somos víctimas de la incapacidad de los gobernantes, ya sea por sus decisiones equivocadas o mal intencionadas, pero peor aún cuando usan la mentira y el complot de las organizaciones que deberían representarnos, pero más cuando a las mentiras se las quiere imponer con arrogancia, prepotencia, sin aceptar el disenso, demostrando una inocultable avaricia para perpetuarse en el poder.

Todo esto, avalados por funcionarios y asesores subidos por conveniencia política, a los que no se les midió si realmente estaban capacitados para ejercer sus funciones.

Hoy nos encontramos con un enorme conflicto, en un país empobrecido y que tiene todas las oportunidades para ser rico, es un territorio que tiene los cuatro climas, petróleo, minerales, energía hidroeléctrica, gas, ganadería de todo tipo, agricultura de todo tipo, fruticultura, floricultura, icticultura, avicultura, apicultura, cunicultura, artesanía originaria, ¿Qué más se puede pedir?...hay países que con un cuarto de estos recursos económicos están en el G8, mientras que nosotros seguimos perdiendo oportunidades a lo largo de nuestra historia.

Así como culpo a los gobernantes de turno, también siento que -para que esto suceda- mucho tuvo que ver la complicidad de las distintas oposiciones políticas, que en varias oportunidades pactaron o hicieron "la vista gorda" ante las inadecuadas y erróneas decisiones que han llevado a la mayoría de los ciudadanos a vivir en una esclavitud que ha sido abolida hace ya más de cien años, sí.

Si tenemos en cuenta que en el siglo XIX los esclavos trabajaban por la comida y un lugar para dormir, hoy estamos casi igual; si tomamos en cuenta que el nivel de los salarios en este país rico en recursos económicos sólo alcanza para comer y/o vestirse (si se hace una cosa, no se hace la otra) ni qué hablar de esparcimiento y cultura...

En un acto kirchnerista en la plaza del Congreso vi un enorme cartel en el palco que decía: "Para defender la mesa de los argentinos". La mesa de los argentinos se defiende trabajando más, exportando más, pagando salarios que tengan real poder adquisitivo. Yo soy un trabajador y quiero que reconozcan mi esfuerzo a través del salario que me merezco y no que me den lo que supuestamente le sacarían a otro trabajador, en este caso a los pequeños y medianos productores; todos sabemos que este eslogan de defender la mesa de los trabajadores es otra gran mentira, como las tantas que nos siguen metiendo.

A los que ganan mucho, si tanto le molesta al gobierno, que se les aplique en la medida establecida por el régimen impositivo por la AFIP la liquidación del Impuesto a las Ganancias, tal como debe ser, pero que por favor no nos mientan más, no engañen más al pueblo utilizando palabras lindas, como la convicción digna de lograr una justa igualdad, no nos tomen más el pelo y no dilaten más las oportunidades de crecimiento, de crecimiento para el país, para los argentinos y en especial para la clase trabajadora que no quiere que la nivelen para abajo sino hacia arriba.

Tengo en mi poder los números demostrativos para fundamentar el deterioro de mi salario en lo que va de este año, por eso no creo en estas mentiras que hablan de equidad social. Si todos los trabajadores hicieran un análisis comparativo de sus posibilidades adquisitivas, se darían cuenta cuánto van perdiendo mientras el gobierno sigue confrontando para imponer sus desmedidos caprichos, agraviando y haciendo imputaciones sin aseveraciones demostrativas; por favor, tengamos más poder de discernimiento, más sensatez, que está en juego nuestro futuro y el de la generación venidera.

 

Jesús Alberto Chaves

DNI 4.698.661

Neuquén



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