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"Que alguna vez se hagan cargo"

Después de muchas horas de debate en ambas cámaras y 127 largos días de incertidumbre, penurias de todo tipo y lo peor, una gran división entre argentinos, como si nada hubiera pasado una simple derogación dejó sin efecto la famosa resolución 125 que había puesto en vilo al país y lo más grave: con pérdidas económicas incalculables.

Como simples ciudadanos comunes, cabe preguntarnos: ¿quién paga semejante desastre? ¿Es tan fácil y sencillo para quienes administran el país tirar por la borda y hasta como con desprecio por lo ajeno los recursos económicos que tanto les cuesta a los argentinos conseguir? ¿Acaso no hay Justicia que nos proteja de tamaña injusticia? ¿Tiene algún sentido la división de poderes si uno de éstos solamente mira -al parecer, sin la mínima importancia- cómo se perjudica el erario público sin actuar de oficio para impedirlo? ¿Es esto democracia o se trata simplemente de una lucha por el poder? Si bien es cierto que democráticamente pudimos comprobar cómo se logró imponer el funcionamiento de la resolución 125, cabe preguntarse una y mil veces: ¿siempre debe ser el pueblo el que cargue con los platos rotos de las malas decisiones de funcionarios que con total impunidad y prepotencia nos siguen administrando como si nada hubiera pasado?

Y por más que ya sabemos cómo sucedieron las cosas, ¿por qué se debió soportar casi cuatro meses para dar solución a un conflicto que -repito- les cuesta a los argentinos y al país miles de millones de pesos de pérdidas y lo que es peor aún, resignar mercados en el mundo donde compran nuestros productos cuando aquí semejante desastre se arregla con la simpleza de derogar con una resolución aquella otra que tanto daño nos causó?

Nuestros gobernantes siguen muy campantes, como si tal cosa. Cierto es que la democracia nos da la posibilidad de castigar en las urnas las malas acciones de quienes nos gobiernan, pero ¿mientras tanto qué? Nadie se hace cargo de los costos de la soberbia y la prepotencia; al contrario: lo que pueden hacer en más de tres años, ante la impotencia de no poder hacer nada. Al ciudadano común sólo le queda la esperanza de que algún día lleguen argentinos honestos y con vocación de servicio, patriotas que entiendan el significado de un cargo electivo como un puesto honorífico y que los votantes, cuando los eligen, lo hacen pensando en el bienestar general del país y de sus habitantes, no en que sólo llegan para resolver sus problemas económicos y familiares.

Éste es un país que lo tiene todo pero, a la hora del reparto, esa famosa frase "distribución de la riqueza" es demagogia pura, ya que está visto que ni cuando el país vive momentos económicos importantes se puede cumplir con esa redistribución para acabar con el padecimiento de los muchos millones que la están pasando muy mal en una Argentina que alguna vez se dijo que sería "el granero del mundo". Que se hagan cargo alguna vez.

 

 

Rubén Ali Yauhar

LE 8.211.757

Los Menucos



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