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"Los campesinos pobres"

Soy del campo, hija y nieta de campesinos. Descendiente de criollos y europeos, en la larga cadena de mis antepasados, durante siglos, sólo hubo campesinos. Mis hermanos son campesinos. Me crié en el campo y junto a ellos, como todos los hijos de campesinos pobres, tuvimos que aprender las tareas rurales y poner el hombro desde niños. Mi abuela española emigró a Argentina empujada por la explotación a que eran sometidos por los dueños de la tierra. Por los mismos motivos emigró otro de mis abuelos: familias enteras trabajaban de sol a sol por sólo una escudilla de puchero al mediodía. En Argentina fueron aparceros en La Pampa y San Luis. El terrateniente les permitía vivir en una fracción de sus vastos dominios a cambio del desmonte y la construcción de aguadas, alambrados, etc., más un importante porcentaje de la producción agrícola.

Al cabo de 5 años el convenio vencía y pedían desalojar el campo. El acuerdo se renovaba para una nueva fracción de campo virgen. Así se enriquecieron los estancieros argentinos: primero apropiándose a sangre y fuego de las tierras de los pueblos originarios, esclavizando a los vencidos; luego, haciendo desmontar gratis sus campos por el sistema de aparcería, explotando a los inmigrantes, y después lucrando con la indefensión de los campesinos despojados de sus tierras.

Mis abuelos criollos trabajaban para un latifundista a cambio de permitirles tener su rancho y alguna lechera. Cuando yo tenía 5 años, el estanciero para quien mi padre había trabajado toda su vida vendió el campo y quedamos "en la calle". Sólo la ilimitada capacidad de trabajo de mi padre y mi madre, su voluntad, su sacrificio y un modelo de Argentina que ejercía la solidaridad lograron protegernos de las necesidades y hasta pudieron hacernos estudiar. Orgullosa estoy de mis antepasados, los campesinos pobres, siempre nobles, generosos, solidarios, dispuestos a ayudar a vecinos, amigos, familiares... siempre dando una mano al que era más pobre... siempre encontrando fuerzas y recursos para proteger a los ancianos, a los niños, a los más débiles... siempre resguardando la alegría de vivir...

Deudora soy de ellos. Como lo es la inmensa mayoría de mis compatriotas, que sin embargo prefiere renegar de sus orígenes y olvidar a sus predecesores.

Hoy, aquellos mismos estancieros y terratenientes que prosperaron explotando a otros durante generaciones han logrado hacerle creer a la sociedad que son "el campo" y "los productores", cuando en realidad la mayoría de ellos jamás ha trabajado en el campo y ni siquiera vive allí. Continúan acrecentando sus riquezas explotando a peones, encargados, tractoristas, cosecheros, etc. Éstos, que son los verdaderos "productores", terminan sus días sin jubilación, sin vivienda, sin obra social; enfermos, desgastados y excluidos.

Mientras tanto, con la soberbia característica de los ignorantes, muchos argentinos hacen causa común con los "patrones".

Haydée Aguilar

DNI 5.935.518 - Neuquén



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