Investigar qué pasó con el padre que degolló a sus dos hijos y luego se suicidó en Río Colorado el 6 de julio pasado es una tarea irrenunciable para la jueza Marisa Bosco y el fiscal Miguel Ángel Flores, del Juzgado Penal Nº 30 de Choele Choel. Sostenemos que la causa no debe archivarse, pues relegar al olvido la tragedia es dejar intactas las condiciones para que estas crueldades se reiteren.

No olvidar, indagar.

Esto lo propusimos cuando Javier G. mató a su madre, a su hermanita y a su abuelo en Viedma para luego suicidarse en Cipolletti. Lo mismo que debió hacerse en Bariloche, luego de que Fabián F. muriera atado y sobremedicado en el hospital.

Es lo que planteamos que se hiciera cuando aconteció el quíntuple filicidio en Choele Choel. Lo que no terminó de hacerse en Roca, donde un hombre murió y dos policías fueron gravemente heridos.

Y afirmamos que estas causas no deberían archivarse hasta analizar qué sucede con las tragedias que involucran como victimarias o víctimas a personas que padecen enfermedades mentales. Dejar a la intemperie a quienes las sufren es el destrato que en Río Negro produce "locura", locura que será judicializada (antes criminalizada) para pasar al olvido.

Éstos son los "casos" que requieren de urgente atención para una comunidad que necesita justicia.

Aprendimos que las comunidades, como las personas, están condenadas a reiterar los olvidos más graves.

Pedimos justicia: denunciamos porque no se la ha conseguido.

Exigimos la posible reparación de las víctimas que aún viven.

Requerimos justicia, que es verdad en memoria de los que murieron.

Y, contra el maltrato al que nos tienen acostumbrados las políticas de Salud Mental Pública, exigimos que se dispongan las condiciones para el tratamiento que les compete, "tratamiento", que deriva de buen trato, o sea, mirada atenta, abrigo y alimento.

Daniel Sans

DNI 14.982.285

Roca