Quiero destacar el día democrático que tuvimos. Me quedé escuchando hasta bien tarde a casi todos los oradores, dormí dos horas y me desperté cuando hablaba el senador Pichetto; escuché discursos de todo tipo y de ambas partes, algunos con ideas y convicciones firmes y otros más bien oportunistas.

Pero, a pesar de todo esto, no puedo dejar de preguntarme si el campo hubiera reaccionado igual que la gente que apoyaba al gobierno y se retiró concluida la asamblea. Vi que cuando se pensaba que el oficialismo tenía los votos se juntaban en ciertas calles y calificaban a los senadores de traidores y corruptos; vi cómo la gente que veía el debate y los líderes agrarios insultaban y hacían gestos cuando un legislador que pensaba diferente hablaba y me acuerdo de que la señora Carrió, cuando quiso subir al escenario donde estaban los líderes del agro a monopolizar el caudal político ganado y no se lo permitieron, dijo con un aire de triunfalismo que eso era obra de Dios, que actuaba a través de los hombres, cuando a principios de julio había dicho que Cobos participaba en un proyecto golpista junto con Eduardo Duhalde... ojalá dejara de usar tanto a Dios para hacer política, porque no me gustaría pensar que lo incluye en el proyecto mencionado.

También quiero referirme al vicepresidente Cobos y al senador Verani y decirles que ellos, radicales que fueron marginados por su propio partido a nivel nacional y no dudaron en acercarse al gobierno para garantizar su subsistencia, tuvieron una actuación a mi entender inaceptable. Hace más o menos seis meses fueron elegidos porque se pensaba que eran parte de un proyecto; tuvieron tiempo antes para actuar de otro modo, no entiendo cómo pueden ser aliados a la hora de tomar decisiones suaves y disentir tanto al momento de tomar las decisiones por las cuales se eligió al gobierno: continuar con el progreso económico pero con distribución de la riqueza. El pensar distinto es positivo, pero esto era fundamental en el proyecto por el cual se los eligió y con el que se comprometieron.

Por último, quiero dejar una pregunta para el campo y quienes lo apoyaron: ¿cómo vamos a hacer con los precios de los alimentos en el mercado interno, si a nivel internacional la soja sigue subiendo y si la sojización vacía el campo de otras actividades? (gobernador Binner, "La Nación, 1/2/08) ¿Tan contentos van a estar cuando el ahora "Alfredito" -antes el piquetero que nos hacía quedar mal con Uruguay, según cierta clase media alta- logre el precio del lomo a 80 pesos? ¿Se van a hacer responsable del fruto de sus acciones y van a aguantar los efectos de una retención no acorde para garantizar precios distintos de los internacionales para los alimentos?

Sebastián Gustavo Dinamarca, DNI 28.897.534 - Cipolletti