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"Nosotros, los argentinos"

Todo lo que somos es el resultado de cómo estamos hoy en lo político, económico y social, con distintos grados de culpa.

Nuestro problema es patológico, lamentablemente sin cura, sólo podremos reemplazarlo en las nuevas generaciones. Cuesta creer que por falta de interpretación seguimos heredando nuestros trastornos. Nuestros hijos, más que tomar consejos, hoy copian lo que hacemos.

Sin ir muy lejos, en estos 25 años de gobiernos democráticos ininterrumpidos no hicimos más que demostrarles el fiel reflejo de lo que somos: antes de asumirse un cargo público, la cruda realidad dice que primero se juró por Dios y por la patria y primero seguimos como el país más corrupto.

Nosotros nunca manifestamos en defensa del Estado, antes destinos, derroches y corrupciones. Hoy nos sentimos inseguros por el manejo financiero del Estado y nos cuesta identificarnos con el gobierno del momento. Existe en la sociedad desconcierto y falta de convicción por el futuro del país. Tenemos una esperanza mezquina e individualista; tan sólo es por el futuro de nuestros hijos, los cuales sin patria no tendrán porvenir y sufrirán desarraigo.

Todo esto está provocando adversidad social. Si bien el presente gobierno -en algunos sectores- reactivó la economía, pero de seguir sin un cambio no perdurarán, tal cual viene sucediendo históricamente.

Tomando conocimiento de las causas, simplificamos nuestro problema en busca del verdadero camino que reemplace nuestra patología; no necesitamos una revolución cultural, al excelente problema educativo existente -estatal y privado- reforzar con seriedad y respeto la historia argentina, desde sus raíces, recuperando nuestra identidad y tratando de despertarles a nuestros hijos el sentimiento por la patria. Otro tema no menor es corregir lo mal copiado del seno familiar; para ello habría que insertar una materia obligatoria como es psiconomía, la cual les dará conciencia, miramiento, razón, alma y corazón.

Mientras tanto nosotros con grandeza tenemos que actuar; de no sentirlo por la patria, tendrá que ser por nuestros hijos. Con huelgas de sectores tal cual viene sucediendo, en defensa de sus mejoras, si bien son positivas es persistir en lo mismo y no sirve a la transición del cambio. Los distintos sectores sociales a ultranza tienen que unirse cada vez que exista un perjuicio al Estado por cualquier motivo y convocar por ello. Seguro así se logrará movilizar a la clase media, esto será comenzar a transitar el verdadero camino por el futuro de todos. En esta transición seguiremos mal pero orgullosos por nuestro rol y con una esperanza mayúscula que nos dará felicidad.

Paso a paso nos irán reemplazando generaciones sanas, con patriotismo, que serán los responsables en controlar las finanzas del Estado; seguro lo harán con verdadera convicción, sintiéndolas como propias.

A costa de mucho canalizar, llegué a esta interpretación, con distintas amplitudes. Por lo tanto:

Al que le quepa el cepo, que se ponga el cascabel.

Quedo a la espera de una convocatoria por el sector que sea, toda vez que una decisión política hegemónica lesione las cuentas del Estado, etc., etc.

Con verdadera convicción cortaremos rutas, donde nuestro derecho no terminará: "Será de todos".

 

 

Aníbal A. Alfonso

DNI 8.214.233

Neuquén



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