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"¡Pobre, pobre gallinita!"

Según Mijail Bajtín, un enunciado (que puede ser desde una respuesta monosilábica, hasta un libro, una teoría, un tratado, etc.) es resultado de enunciados anteriores y generador de enunciados posteriores. Se comprueba en esta respuesta a la carta del día 19/7/08 titulada "Fábula moderna". Es decir: propongo una pequeña reformulación un tanto más verosímil y, al igual que el anterior, desatento de todo sentido estético:

"Había una vez una gallinita que heredó mucho dinero y se enteró de que lo mejor era invertir en la soja. Una vez que tuvo la tierra y las semillas preguntose quién las sembraría. Concluyó que ella no se ensuciaría las patitas y el pico con tierra, así que propuso a la vaca, al pato y al cerdito que la ayuden a cambio de una recompensa. Les dijo: 'Veo lo humildes que son y les daré trabajo'. Los otros aceptaron juntando las patitas con las de la gallina quien dijo luego: 'Una parte de lo que ganen va a parar al gobierno porque así dice la ley y yo la respeto, creo en Dios y en la justicia', sentenció. Luego continuó: 'El agua que tomen de mi propiedad también deberé descontarla de su sueldo y el uso del baño, etc., etc.'. Tuvo trabajadores, pero luego le dijeron que necesitaban fertilizantes, plaguicidas, herramientas y más aún. Se enojó pero todo lo pagó porque, claro, era más fácil que inventar todo por sí misma. La sabiduría de la sociedad facilitaba las cosas, el avance de la técnica con las investigaciones y los rebusques de algún pícaro zorro inventor para hacer más fácil todo. Enojábase también cuando enfermaban los trabajadores y, como cobraban en negro, dependían de la demacrada medicina pública para 'mejorar' y continuar el trajín. Enojábase también cuando hijos tenían los que le trabajaban, pero se decía a sí misma que cuanto más tierra tuviera más personal necesitaría, sin importar la edad. Enojábase también cuando le pedían más sueldo a causa de la inflación, pero pensaba que ahora podría vender más caro su grano. ¡Pobre, pobre gallinita! Pero sin duda lo que más enojaba a esta avara gallinita era pagarle al gobierno los impuestos. Se creía que todo lo había hecho sola, desde inventar la siembra, hasta inventar el mercado en donde vendería la cosecha. En su fuero interno sabía que dependía de la sociedad, pero no quería reconocerlo por su altanería y su avaricia también heredadas".

Al igual que su antecedente, esta seudofábula carece de verdad. Yo diría que la realidad es más complicada que los simples argumentos expuestos. Sólo quería responderle con un discurso similar al enunciador de "Fábula moderna" por ser un relato sombrío y que rebosa de odio y prejuicios.

 

 

Jorge Rubén Fernández,

DNI 26.350.521

jrfernande77@hotmail.com

Cipolletti



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