>
"Les diré que los recuerdo"

"Querido Antonio: Si esta carta llega a tus manos es porque habremos sido asesinados a manos del sistema y seguramente vos, mi familia y algunos amigos recordarán nuestra existencia.

La sociedad vive abarrotada de información con el fin de aturdir y desinformar. Si le preguntamos a cualquier persona que mencione algún título del diario de ayer o las noticias de los canales de cable, nadie recuerda. El sistema logra su cometido: primero te conmociona, luego te paraliza y finalmente te aplica memoria selectiva. Olvido muy conveniente por cierto para quienes pasan por la vida sin dejar huellas: los que no se meten, que son la mayoría...

Y así pasó con nosotros. Nos mataron a la madrugada del domingo 18 de noviembre del 2007 y de muerte horrorosa por cierto. Ya nadie nos recuerda, es más: creo que al día siguiente formamos parte del diario de ayer; hojas que se guardan para cualquier menester o para iniciar otros fuegos.

Nuestra muerte hasta fue simbólica yo diría, porque en un tiempo atrás la Santa Inquisición utilizaba la hoguera para deshacerse de "herejes", pensadores críticos y los pobres. El poder condenaba a muerte en vida mediante el fuego sin que nadie del vulgo pusiese resistencia. ¿Podés creer que invocaban a Dios los inquisidores en tanto asesinaban a mansalva?

Y así pasó con nosotros. Encerrados por cuatro láminas de madera fuimos seis los que nos retorcimos de dolor y soledad en medio de las llamas. Nuestra casilla en lo alto del Parque Industrial ardió en pocos minutos y los vecinos generosos no pudieron detenerlo. Es una toma "ilegal", no había agua más que a baldazos. Nunca sabré el destino de Milton, a quien lograron sacar quemado y medio ahogado.

Pero como te decía al principio, nosotros ya sabíamos que tarde o temprano tendríamos un final anticipado. Fuimos condenados -antes de nacer- a la pobreza marginal del mismo modo que nuestras familias, salvo que los pobres de antes al menos tenían en esta provincia un poco más de expectativas y calidad de vida.

La condena a muerte se inició cuando el sistema -político, económico, religioso- obligó a nuestras madres a parir muchos hijos porque está como "naturalizado" que las mujeres pobres tengan hijos como conejas. Somos los brutos, los negros, los que oímos cumbia villera y vamos a las bailantas por música berreta. Por otro lado, somos los clientes necesarios de partidos y religiones.

Esa condena se profundizó cuando mi señora se trajo a sus hermanitas y hermano: Anahí 9, Vanesa 7 y Milton de 11 años respectivamente a nuestra casa, porque entre nosotros somos solidarios en serio, más allá de la medida de nuestras posibilidades materiales. Ellos tres no podían estar con la mamá de Johana, mi compañera. Parafraseando a Malthus: "Los pobres crecemos en proporción geométrica y las viviendas en ritmo aritmético.

Y esa noche, finalmente, nos agarró durmiendo la sentencia... Recién estábamos empezando a construirnos con Johana. Ella tenía tan sólo 19 años y nuestro bebé seis meses...Yo había cumplido los 23 y esa rancha era lo único que teníamos... A lo mejor si Johana no hubiese quedado embarazada, otra hubiese sido la historia, pero no teníamos 3.000 pesos para que pudiese abortar y tampoco estaba convencida de querer hacerlo. Las mujeres cargan con esa culpa ancestral que provoca mucho más daño que las propias consecuencias. Y ante la ausencia de futuro, viste que las pibas de hoy ven en un hijo el único proyecto que pueden realizar y medianamente ver.

Es muy interesante la lucha de clases y sectores en esta provincia. Todos los días el sistema mata a un pobre pero no hay piquete, paros, movilizaciones y pedidos de justicia por nosotros. Somos un número, una estadística, hasta sin rostros. Si no estamos dentro de alguna organización pasa lo que es moneda común; nadie sabe que nacimos y nadie sabe que fuimos asesinados por este sistema perverso que -de uno u otro modo- los diversos bandos siguen sosteniendo. Somos NN, pero con DNI.

Eso sí, a los pobres siempre nos piden adhesión, solidaridad, compresión y tolerancia para las otras luchas, las de las justas reivindicaciones sectoriales, pero nunca hay de eso para nuestra eterna postergación en todos los sentidos.

Vos sabés que yo no era muy creyente, así que para mí todo terminó ese día. No puedo teorizar sobre lo que hubiese pasado más adelante si estuviésemos con vida. A lo mejor me transformaba en borracho y golpeador y terminaba del peor modo; las parejas constituidas por causa de la pobreza en estos tiempos suelen ser trágicas y duran poco, pero también pudo ser lo contrario, que el amor se hubiese profundizado y que con mi señora lucháramos a brazo partido por nuestro hijo y nuestra consolidación como personas y como vínculo ¿Quién lo podría saber?

Sólo me viene a la mente esta frase: "Les diré que te recuerdo" y seguramente harás buen uso de ella en nuestro nombre. Fraternalmente... Diego".

En memoria de:

Johana Sánchez y su bebé; Diego Villegas, su pareja; Vanesa y Anahí Sánchez, sus hermanas.

Antonio Miglianelli, DNI 10.477.046

Neuquén



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí