Muchas opiniones extravagantes fueron vertidas en este período y frases rimbombantes, dichas para causar efecto popular, golpearon los oídos de los habitantes de nuestro bendito y generoso país. Pero hubo una que sacudió mis neuronas y me obligó a ubicarme en tiempo y espacio: "Ganancias extraordinarias" para un sector al que le van a confiscar la producción sin saber si obtuvo o no esa rentabilidad.

Nuestro Estado argentino, pésimo administrador, vacío de contenido y manejado de modo patoteril, pretende ser el gerenciador del agro argentino. Debería dedicarse a recaudar los impuestos como corresponde, sin las exenciones otorgadas a los grupos a los que dicen combatir. Un productor, cuando gana mucho dinero, lo invierte en su zona, realzando la vida económica. Quizá la medida debería consistir en "limitar la salida de dinero del país", cosa que los grandes grupos hacen, acotando esta medida a un porcentaje de su rentabilidad. De esa manera estarían obligando a inyectar dinero en el sistema financiero, lo que generaría créditos baratos dada la liquidez, o a invertirlo en bienes, haciendo así girar de una u otra manera la rueda productiva, que es el fin del proceso económico.

No siempre generalizar está bien, y sobre todo en el agro, donde las realidades de las distintas regiones poco tienen que ver.

Alberto Guglielmetti,

LE 7.688.207

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