Me gustaría que, a través de este medio tan importante de comunicación, la comunidad conozca la realidad del personal que trabaja en los hogares para niños y adolescentes con diversas problemáticas y que dependen del Ministerio de Acción Social de la provincia de Neuquén.

Soy amiga de personas que se desempeñan en ellos y sé cuales son sus problemas, inquietudes y lo difícil que se les hace sobrevivir día a día.

La mayoría del personal que posee los hogares está incluido en programas o becas que tiene el Ministerio de Acción Social de Neuquén. Los trabajadores de programas, o sea, que están en negro, realizan sus 12 horas de trabajo sin obra social, sin aportes jubilatorios, sin seguro de trabajo y cobrando mensualmente un cheque de $ 840. Esto puede mantenerse durante años, como ha sido el caso de muchos operadores que fueron pasados a planta transitoria hasta después de 7 años de sobrevivir con este programa. Esto significa que después de este período pasaron a ser personal de la provincia de Neuquén, pero sin reconocerles esa antigüedad.

Con las llamadas becas sucede algo similar y por lo general son otorgadas a profesionales recién recibidos, psicólogos, licenciados en servicio social, técnicos, administrativos, etc. Ellos cobran $ 900 mensuales y están en las mismas condiciones de precariedad que los operadores.

Para brindar mayor información a la comunidad, los operadores de los distintos hogares trabajan con niños y adolescentes con diversas problemáticas, abuso, abandono, violencia, adicciones, prostitución, etc. Esto implica que el operador contiene emocionalmente, a veces es golpeado, insultado, puede contagiarse alguna enfermedad entre muchas otras cosas. En otros hogares hay niños y adolescentes con discapacidad mental o física. Los operadores les dan la medicación correspondiente, cambian pañales, etc., etc., etc. Son innumerables las tareas, obligaciones, responsabilidades y riesgos que corren pero, ¿los derechos de los ellos dónde están?

El discurso de los que deberían brindar las mejores condiciones laborales es manejado de la forma en que a ellos más los beneficie.

En el caso de los hogares, el personal que es de planta cobra $ 1.600 de sueldo básico y a partir de agosto recibirán $ 300 de aumento, esto es merecedor y gratificante. Pero el personal que pertenece a programas realiza las mismas actividades o tareas, tiene las mismas responsabilidades, los mismos riesgos, igual jornada laboral, teniendo también carga de familia, pero cobrando menos de la mitad que los compañeros que están en blanco.

Prometen, ilusionan, menosprecian y desvalorizan el trabajo de los operadores, crean incertidumbre, la frase común utilizada es: "Al que no le gusta, se puede ir", se abusan de la necesidad de trabajo, vuelven a prometer y como siempre: ¡No cumplen!

Ellos saben quiénes son, no den la espalda y no daré nombres, pero por lo general tratan de acallar su conciencia llevando cosas o regalos a los residentes de los hogares. Es hora de que se ocupen también del personal que pasa gran parte de su vida dentro de él.

Inés Troncoso, DNI 4.761.322

Neuquén