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EN MOVIMIENTO, COMO UN VAGÓN
Ésta es la casa de la decoradora y restauranteur Marta Peirano, en Bariloche, que con su construcciÓn y deco pinta a la perfecciÓn el estilo de vida cordillerano.

En un terreno heredado de una familia pionera en Bariloche, a minutos del centro de la ciudad, la decoradora y restauranteur Marta Peirano levantó una casa de ensueños. A partir de la antigua construcción que en el presente cumple sus 100 años, a lo largo de la vida se fueron añadiendo espacios y recuerdos que hoy conforman un hogar de cuento de hadas. La historia de un lugar divino, rodeado de la fabulosa naturaleza patagónica.
Estas paredes han visto todos los acontecimientos de una familia a lo largo de un siglo, los niños crecer, los nietos de los antes niños, jugar. También han sido testigo de los primeros años de casada de Marta Peirano, el momento en el que ella se convirtió en decoradora junto a Machi González Venzano del mítico hotel Llao Llao, y luego cuando fundó su restaurante exótico Kandahar. “Yo soy viuda de uno de los primeros habitantes de la zona. Este era un ranchito de dos ambientes de la estancia Tekel Malal donde vivían cuando eran pequeños mi marido, su hermana y su mamá, vivienda que recuperamos al casarnos. La fuimos agrandando de a poquito y aunque la casita era muy chiquitita a mí siempre me encantó”, cuenta Marta, enamorada también de la madera y los viejos pinos del jardín que enmarcan el fondo. Las paredes de la cocina eran de adobe, los pisos de ciprés ancho que actualmente no se consiguen, y bien si la encontraron en buen estado, otros ambientes indispensables para una joven familia creciente faltaban. Con el paso de los años, la construcción se fue transformando según las necesidades y los cambios de la familia, hasta convertirse en lo que es en nuestros días, organizándose a lo largo de un corredor en distintos niveles que se adecuan al terreno.
El acceso por el hall frío queda entre el salón y la cocina. Ésta, con un cálido comedor diario, tiene vista al adorable jardín y conduce a través de una puerta al pasillo que distribuye tres dormitorios, un vestidor y un baño. Graciosamente, su conformación atípica responde a los avatares de la vida que fueron demandando espacios y al terreno inclinado de Bariloche donde se instala, a pasos del centro de la ciudad.
“Siempre quisimos que fuera sobretodo agradable. La fuimos haciendo a medida que íbamos teniendo los chicos y que necesitábamos más cuartos, eligiendo materiales que nos gustaran y fueran prácticos como madera al interior y afuera chapa. Fui agrandando el living sacándole el comedor, le pusimos salamandra y armé un lugar para mí computadora, mis libros y revistas. El comedor lo pasé junto a la cocina y estoy muy contenta con la idea que resultó ser cómoda porque cuando cocino estoy cerca de los invitados. Por su parte, la cocina es ideal, es pequeñita pero bien organizada. El cuarto principal lo uso nada más que para dormir así que no es necesario que sea enorme”, explica Marta. La forma de vagón que tomó la casa y las escaleras entre nivel y nivel le resultan confortables, divertidas y con personalidad, además de los costos que se ahorraron al adaptarse con sencillez a las condiciones. Las fachadas típicas de rancho tienen el espíritu rústico y auténtico que Marta quiso para su hogar, natural y característico de la región. Por otro lado, el área total del lote donde se ubica no tiene nada de modesto: “El terreno va de manzana a manzana hasta el fondo donde hay un arroyo, tiene 22 metros de ancho y mucho fondo. ¡En realidad los metros exactos no lo sé”. En este generoso espacio Marta puede darse el gusto de atender su hermosa huerta orgánica de donde salen los más ricos alcauciles, rúculas y lechugas, que muchas veces van a dar a los platos de su restaurante, también ubicado al frente de su propiedad.
 

En cuanto a la decoración Marta no se muestra menos espontánea y sensible. “Se fue dando por sí sola con nuestros viajes, cosas que necesitábamos, regalos de mí madre y herencias. Creo que lo más lindo es tener en la casa lo que a uno realmente le gusta, me cansa la decoración tan “decorativa”, tan estipulada”. Bajo esta mentalidad, y su pasión por los objetos, Marta fue encontrándole un rincón a muebles viejos y nuevos, pinturas, souvenirs de viaje y detalles hechos por ella misma que son los que dan el toque de originalidad a los ambientes. La decoración en su casa, así como en su trabajo, es pura cuestión intuitiva. El resultado final es una sensación de armonía, calidez y alegría de hogar, que se respiran desde el primer paso en la entrada. El cuidado y el amor en darle a su familia un bello lugar han dado pie a una composición de objetos hermosa y equilibrada. Una especial iluminación acentúa el alma de la vivienda: “me gusta mucho la iluminación, pero es lo más difícil para mí. Si se elige moderno, desentona, hay que buscarle la vuelta. Sigo adorando a la noche esas lámparas viejas a querosén o las velas, que dan una calidez que no la da otra cosa”, acota Peirano, romántica indiscutible tal como lo ilustra el encanto con que levantó palmo a palmo su casa.
En una época en al que la tecnología de punta y la sofisticación del diseño marcan la tendencia, esta casa se resiste al paso de los años, vital en su testimonio del pasado. Su propietaria no escatima ningún esfuerzo por mantenerla en pleno esplendor, y aunque está con ganas de mudarse a las afueras de Bariloche sigue poniéndole trabajo. “Siendo una casa muy vieja hay que pintarla todos los años y reparar inmediatamente cuando algo se rompe. Las cañerías, el fondo, el piso, el techo, pueden ser frágiles. Y así es la vida, hay que mantener siempre lindo lo que ha sido nuestro patrimonio”. Ella y su marido, hijos y nietos continúan disfrutando la casa intensamente y enriqueciendo su historia. “Este es un rancho acogedor y cálido, con todo el buen sentido de la palabra, es un rancho muy querido, muy vivido”. Las nuevas generaciones seguramente continuarán dejando su corazón en cada bello recuerdo que alberga esta dulce vivienda.

Más fotos de esta casa en la sección FOTOGALERÍA en rionegro.com.ar/blog/eh

¿Cómo es el barco que Marta Peirano decoró y que invita a recorrer el Huapi? También puede disfrutarse en el blog de Estilo Hogar.



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