A raíz de la convocatoria al registro de empresas hecha por el gobierno provincial para rediscutir los contratos petroleros, como ciudadano común observo que seguimos sin definir políticas de Estado; en este caso, referidas a la extracción de hidrocarburos del suelo neuquino.

Me parece que la importancia del tema requiere de la participación de una franja más ancha de "interesados". El gobierno debería impulsar un debate sobre el particular con el resto de la población, escuchando sus opiniones para luego definir la propuesta que mejor defienda los intereses reales de la provincia. Todos queremos ayudar al gobernador a conseguir el mejor negocio posible con las petroleras, pues el recurso es nuestro.

En los últimos años el gremio petrolero ha logrado incrementar los sueldos de sus afiliados a través de acuerdos con las empresas productoras y de servicios. Las compañías siempre arreglaron, pues conservan un excelente beneficio a pesar de todo.

El Estado provincial cobra el mismo porcentaje de regalías a las empresas petroleras -sobre un precio congelado y que no es el precio internacional- desde hace años. La situación se agrava, por un lado, por la inflación, que genera mayores costos (sobre todo en sueldos) y, por el otro, con la incorporación de nuevos funcionarios cada vez que hay un cambio de gobierno, ¡y son muchos!

Pregunto: si los sindicatos logran su objetivo de mejorar la situación económica de su gente, ¿cómo no podemos como Estado hacer valer nuestro derecho de propiedad sobre los recursos naturales, teniendo mayor poder que los sindicatos? ¿Cómo no se logra negociar mejores condiciones sobre los nuevos contratos? Reitero que este tema merece una atención y una dedicación muy serias, ya que el resultado de la negociación será la renta de la provincia para la próxima generación.

Me pregunto: ¿evaluó el gobierno la posibilidad de contratar a las petroleras a través de la empresa provincial, como marca sabiamente la Constitución provincial en sus artículos 95 y 96? ¿Queremos tener escuelas, hospitales, buenos sueldos para docentes, médicos, enfermeros, ¡anestesistas!? Tenemos la oportunidad de lograrlo, también de invertir en viviendas, si elegimos seguir siendo los dueños de la pelota. Las empresas actuales continuarían operando pero bajo otra figura: por contrato. Podríamos copiar a Canadá, multiplicando los operadores con empresas más pequeñas y transfiriendo empleados públicos a los privados... más puestos de trabajo, mayor bienestar para los neuquinos, mejor reparto de la renta.

¿No merece este tema ser tratado como política de Estado?

Generemos políticas de Estado para todos los ámbitos: educación, salud, Justicia, recursos naturales e inversiones; logremos un plan a veinte años que sea respetado por los gobiernos que se sucedan, sin importar su signo político. Seamos previsores, ¡sembremos para el mañana!

Ricardo Dougall

DNI 10.532.537

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Neuquén