La concreción de un espacio innovador, diferente y a la vez acogedor fue la premisa que tuvo en cuenta la joven diseñadora y decoradora Victoria O’Reilly a la hora de realizar el diseño para el bar y tapeo “La Guapa”, en Roca. El bar se ubicó en un departamento muy céntrico que en su momento fue construido sobre el edificio de lo que era el Banco Provincia de Río Negro y que estaba destinada a ser vivienda para el gerente de la institución. Esto le dio una de las características especiales del bar y que la decoradora explotó al máximo: la posibilidad de tener diferentes habitaciones con distintos ambientes creando así sectores más íntimos y otros más públicos. Así, el local ofrece opciones como la de pasar un buen momento en alguno de los juegos de sillones, como si fuera en el living de una casa, o la de la clásica mesa de restaurante. Con todo esto en mente, Victoria apostó al color. “Nos gustó optar por el color porque era algo que en Roca no se había hecho. Entonces empezamos a pensar qué colores podíamos poner y se nos ocurrió el violeta como color principal”. Una forma original de dar este tono a las paredes fue la de colocar papel sulfito, el que se utiliza para embalar las manzanas. “A partir de ahí buscamos algo también de la zona para aplicar en otros ambientes y se nos ocurrió la idea de los mapas de cuencas hídricas de la región, con los que finalmente empapelamos la sala más íntima”, cuenta Victoria. Los colores del local se completaron con verde, rojo y unos toques de negro y blanco, tonos que, al repetirse otorgan continuidad a los distintos ambientes. “En la terraza pensamos en hacer un espacio de exterior pero que tuviera la calidez del interior y que continuara con los colores y la onda del interior”. Allí, para el piso se colocó un deck de madera y se cubrió una de las paredes con cañas. Este toque de madera logra la calidez buscada. Las luminarias también continuidad a la vez que agregan una nota muy original. Los techos de los diferentes sectores están sembrados con bolas de papel, blancas y verdes, de diferentes tamaños que los cubren casi totalmente. “Como eran distintas habitaciones, los techos tenían diferentes alturas, con las pelotas logramos un mismo horizonte visual”, explica Victoria. Además, las lámparas están dimerizadas por sectores lo que da la posibilidad de crear distintos climas en cada espacio a partir de la intensidad de la luz. Así, se logró un lugar con muchas opciones. Un planteo decorativo joven y clásico. Un espacio ideal para compartir en todo momento. Sobre la decoradora Victoria O’Reilly hace un breve repaso por su interesante currículum: “Estudié Diseño de Indumentaria pero siempre trabajé en diseño interior, en Buenos Aires. Durante mucho tiempo trabajé con Gloria César en la ambientación de eventos y ahora, en un estudio de decoración de interiores. Además estudio Licenciatura en Artes Plásticas”.
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