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"Los perros no merecen esas muertes espantosas"

Mi carta está relacionada con la noticia de la esterilización de 7.400 animales en Cipolletti. Es fantástico saber que es posible llevar a cabo tan gran acción y que en General Roca este "problema" todavía no sea solucionado y sigan apareciendo canes envenenados. Es sabido que los perros de la calle en algún momento partieron de alguna perra con dueño. Que somos nosotros, los dueños, los que debemos controlar la reproducción de nuestras mascotas y en caso de que dejemos que se reproduzcan, conseguir un hogar para las crías y no abandonarlas. Es cruel dejar que luchen por su vida para que un día en busca de alimento mueran de esa manera.

El fin de semana pasado un amigo mío estuvo luchando por su vida durante casi dos días, después de haber sido envenenado en la zona llamada "canalito". Luego de que su dueño hiciera lo posible por salvarlo, él no tuvo la fuerza suficiente y ahora ya no va a poder disfrutar más de su vida.

Es un horror que un perro pueda tener una subsistencia segura sólo puertas adentro. Para mí, eso no es vida. Mi amigo era un perro de los mejores. Un perro con dueño y con la fortuna de ser buen ciudadano.

Un perro que salía a pasear solo; te acompañaba al kiosco y te esperaba afuera. Un perro que en el verano se iba a refrescar al canalito y volvía todo mojado y feliz. De seguro que rompió una bolsa de basura o más. Pero realmente: ¿merecía esa muerte espantosa? No. Ni ningún otro perro la merece. Muchas mañanas veo la bolsa de basura rota en la vereda de mi casa. Un perro tenía hambre. Y si yo tiré algo de comida porque puedo tirar comida, bueno, listo, la junto y sigo con mi vida. Si yo viviera en la calle, también rompería bolsas de basura.

La impotencia que tengo encima es indescriptible. En caso de que esto no sea accionar de los vecinos, debo decir que la idea de que haya alguien que toma la decisión y alguien que ejecuta la orden de colocar veneno para que cualquier perro que pase lo coma y muera, me da asco, me repugna y sólo les deseo una vida larga para que durante ella las peores de las desgracias les sucedan a ellos y a sus seres más queridos. Y en cuanto les llegue el momento de dejar esta vida, espero que les toque la peor de las muertes.

Ustedes, aplicadores de la ley del menor esfuerzo, es evidente que no son los correctos para el puesto que ocupan; ya que si en Cipolletti se pudo resolver el problema decentemente, no veo por qué en Roca no se puede seguir el ejemplo.

"Los amigos son la familia que uno elige". Somos muchas las personas que consideramos a nuestra mascota y a la mascota de nuestros amigos de esa manera. Él, como muchos otros perros, se merecía morir de viejo. Estoy profundamente dolida e indignada. Espero que lo que se hizo en Cipolletti se haga en todas las ciudades que lo necesiten.

 

Ana Rodríguez

DNI 30.060.500

Cipolletti



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