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"No lloremos sobre la leche derramada"

A veces pienso ¡qué poca memoria tenemos los argentinos!, al vivir estos tiempos turbulentos de la economía de nuestro país, ver cómo se tiraban granos, sacrificaban pollos y se derramaba la leche de los tambos, digo: ¿no será que nos vamos a encontrar llorando sobre la leche derramada?

Nos hemos olvidado que hace sólo ocho años estábamos en medio de un estallido social, se habían multiplicado en cada barrio los comedores (o comederos como ocurría en algunos casos) populares y no pocos argentinos elevábamos al cielo plegarias pidiendo una respuesta de parte de Dios para la crisis que vivía el "granero del mundo". Y sin querer mistificar el tema, lo cierto es que lo que produce la tierra viene del dueño de la tierra, que no son los que poseen títulos mobiliarios, sino su creador y sustentador, Dios mismo.

El hombre fue colocado en la tierra para ser administrador de los recursos que el Creador nos da, y por cierto en nuestro país tenemos tanto para agradecer, pero si los administradores (gobierno, entidades ruralistas, autoconvocados, etc.), no administran bien, no vayamos a llorar después sobre la leche derramada. Es necesario bajarnos de nuestras soberbias, deponer intereses particulares y tener cuidado porque lo que tenemos de la tierra, no lo tenemos por ser mejores que el resto del mundo, ni por ser más buenos, es sólo porque a Dios le agradó bendecirnos en ella. Tenemos que saber que por sobre todas las cosas de Él dependemos, pues nos manda la lluvia o la sequía, hace fértil o estéril la tierra y ante sus determinaciones no habrá paro, ni piquete, ni retenciones que puedan hacer que la tierra produzca la cosecha a su tiempo. Recordemos que en un tiempo se calmó a Dios, y ahora que tenemos respuestas no nos olvidemos de Él, no sea que después tengamos que llorar sobre la leche derramada.

Pastor Gustavo Marcel, DNI 17.673.559-Iglesia Bautista Roca de Ayuda

Neuquén



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