Mucho se ha dicho respecto de la muerte de tres niños en General Roca. Creo que una reflexión más siempre es oportuna a los fines de poder actuar mirando al futuro y pensando que cuando un problema social es ignorado no se previene: se agrava y termina siendo avalado por la sociedad.

Parece que se toma muy superficialmente algo demasiado importante, origen y pre-requisito de toda acción: el derecho a la vida, derecho fundamental porque, de no ser respetado, todos los demás carecen de sentido.

El derecho a la vida -entre otras cosas- está relacionado con que no se le impida a una persona el acceso a las condiciones que le garanticen una existencia digna. La muerte de niños "no tiene justificación" alguna, sólo "responsables", que son las autoridades que no adoptaron las medidas necesarias para que la existencia de esos niños se desarrollara en condiciones dignas. La supuesta "falta de recursos" y/o el desconocimiento no pueden en ningún caso justificar el incumplimiento de vigilar y proteger a los más débiles -grupos en riesgo-, siendo esto una interpretación del derecho a la vida. ¿Cuántos niños tienen que morir para hacer visible el problema social existente?

Que un municipio invierta en la infraestructura de la ciudad no debería jamás "eximirlo o dispensarlo" de la promoción y protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Los recursos disponibles deberían ser utilizados en forma equitativa y eficaz, para dar efectividad a cada uno de los derechos de las personas sin violentar unos en aras de la realización de otros.

Por ello, previa crítica al afuera, al contexto macro, miremos hacia adentro qué deficiencias y fallas hay para corregir y mejorar. Luego la "crítica sí es válida".

Efectuar un relevamiento y elaborar un diagnóstico con personal capacitado constituyen una prioridad para luego realizar una cobertura asistencial, promoción y prevención de situaciones extremas. Es obvio que "dar respuesta a algo que no se conoce" resulta absurdo.

Paola Báez

DNI 25.093.195

Asociación civil Krasia May

Roca