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Dibujos con alma
El talentoso artista, que reside en Bariloche, acaba de publicar “Retratos”, un libro con sus particulares caricaturas.

Si caricaturas, ni ilustraciones, ni fotografías; los retratos de Pablo Bernasconi reunidos en un libro de reciente publicación priorizan el contenido a la forma y el personaje -convertido en un ícono- surge de una mirada subjetiva, enriquecida por una minuciosa investigación.

"Yo trato de diferenciarme porque no hago humor, no sé manejarme con el humor de manera clásica; no hago chistes, no tiene que ver con eso. No son caricaturas, porque no me interesa trabajar sobre la exacerbación de los rasgos. Hago construcciones retóricas, trato de involucrarme de manera más profunda con los personajes", dijo el diseñador gráfico y escritor que reside en Bariloche, donde ha hecho varias muestras -incluso una sobre los edificios más emblemáticos de la ciudad-.

Con una variedad de estilos inusitada para estos días, Bernasconi ofrece una galería de 57 personajes que van desde estrellas de cine, cantantes, músicos y escritores hasta presidentes, dictadores o figuras de la ficción como Batman, el hombre invisible o la viuda negra.

En casos como el del ex general Jorge Rafael Videla, "se justifica ese tipo de trabajo ya que es necesario algo más que la fisonomía para describirlo. Es lo menos relevante del personaje", menciona el hacedor del libro "Retratos", recién publicado por Edhasa.

¿Cómo es el proceso de elaboración? "Siempre investigo mucho la historia del personaje, la gente que lo rodeaba, lo que le gustaba y lo que no. Y la frase que lo acompaña la busco después, una vez que definí la dirección que iba a tomar".

"En el caso de (George W.) Bush, lo busqué desde el petróleo. Pero la mirada va más allá. En este caso aparece personificado en un surtidor; ahora, cada elemento del surtidor tiene otro código, otra historia, los galones marcan el 666, el número del demonio. Todo tiene otra vuelta; es como si fuese un fractal del discurso", explica Bernasconi.

"La idea fue generar íconos con estos personajes, lo que tiene que ver con una secuencia, con una construcción de signos. Es algo conceptual", define. Por la manera en que están construidos, insiste el diseñador, "es como si funcionaran como marcas o como signos ambivalentes, autónomos. No busqué un estilo ni parámetros plásticos".

Algunos elementos se reiteran con sentidos disímiles. "Es un cruce de referentes, la manera como funcionan las metáforas. Utilizo los objetos y de acuerdo con cómo los combine o los contextualice entre sí van a suceder cosas diferentes. La búsqueda de esos elementos es lo que más cuesta, porque el personaje tiene que ser verosímil: ahí está la clave".

Para María Antonieta, más allá de la cabeza cortada, "utilizo una muñeca de porcelana antigua, lo que agrega al discurso sobre ella. Y surge también el marco de época, el tema del imperio francés que absorbió el austro-húngaro; la metáfora de que el pez grande se devora al chico, me ayuda a armar el traje de ella".

Aborrecidos o muy queridos: la actitud de Bernasconi con sus personajes nunca es indiferente. "Hay algunos tratados con humor y ternura, los más difíciles de resolver, algo que tiene que ver con la cercanía que uno establece. Me pasa con Jacques Cousteau o con Roberto Fontanarrosa. A otros los odio, los mato, y es más sencillo que utilizar el respeto o el cariño". A veces la construcción del personaje, señala el ilustrador, "es casi innecesaria, como me pasó con Ella Fitzgerald, donde el ícono -un piano de cola- aparece claro de entrada: negra, hace jazz, afina, tiene un cuerpo voluminoso, etcétera. Es un hallazgo". Por el contrario, compara Bernasconi, "en el retrato de Oscar Wilde utilizo los elementos de la época victoriana, pero a su vez la construcción está dada por una rosa sacada de su capullo. Hay algo más poético que trato de construir según los signos".

El ilustrador remarca la importancia de la investigación y su actividad como diseñador para reforzar el mensaje de cada ícono-personaje. Una banda de flores que se van muriendo para capturar a la inolvidable Janis Joplin, la capa de los reyes de Francia que funde a todos los Luises y un amasijo de chatarra para esbozar al mítico James Dean.

Pensar cada personaje le lleva a Bernasconi un 80% del trabajo y el otro 20 lo utiliza en su realización.

 

La muestra. El próximo 16 de abril todos los trabajos que forman parte del libro “Retratos” –sus originales y en formato grande– estarán expuestos en la Galería Holz (Arroyo 862) de Buenos Aires. La muestra estará abierta hasta el 2 de mayo.



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