Señora, le escribo estas líneas para hacerle saber que he sido uno de los tantos argentinos que la eligieron para ocupar el lugar de máxima autoridad en el país y lo hice esa vez con el firme convencimiento de que sería usted la única merecedora de esta gran responsabilidad, por su carácter de mujer y madre sobre todas las cosas.

Consideré al hacerlo que sería capaz de cuidarnos y protegernos como ninguna otra persona hubiera podido en estos tiempos que corren.

Pensé que, como tal, sería incapaz de enfrentarnos entre hermanos en una guerra sinrazón, como tantas otras veces muchos lo hicieron.

Pensé que estaría mucho más allá de los intereses personales y espurios, tratando de contenernos y ponernos bajo sus alas maternales para que nada ni nadie sea capaz de dañarnos una vez más.

Tengo 55 años y he vivido y sufrido todas las consecuencias de los que nos gobernaron antes que usted, esperando sin saberlo que algún día alguien fuera capaz de hacernos sentir que estábamos construyendo un país para todos.

Le pido que no me defraude haciendo vana mi opción de haberla elegido como mi presidenta. Le pido que no permita que otros estén haciendo el papel público, tomando decisiones que a usted le corresponden.

Le pido que no permita que se nos insulte y nos denigre por ser o por pensar distinto. Le pido que no permita que se nos desacredite por pertenecer a escalas sociales distintas, mérito de quienes han sabido aprovechar sus capacidades y no de las condiciones económicas imperantes en cada caso. Le pido también que nos ayude a encontrar el camino de la reconciliación mediando entre las partes hoy en disputa.

Le pido por último, señora, que no nos abandone, nos ayude y nos aliente a seguir esforzándonos cada día a construir un mundo mejor para nuestros hijos que también son los suyos.

Un argentino.

Carlos González,

DNI 10.595.132

Roca