Estimado señor Sapag: en los últimos días hemos recibido, a través de los medios de comunicación, cierta información que nos preocupa a la mayoría de los neuquinos; porque convengamos que a los que vivimos en esta provincia, la integración a una concertación plural nos llena de incertidumbre.

Quiero creer que las dudas surgen en la medida en que no está claro a qué se refiere esta supuesta participación activa mancomunada con el poder central.

Si duda que, muchos de quienes lo votamos en junio del 2007, apostamos a que usted tendría la suficiente amplitud de criterio como para mejorar la relación Provincia - Nación, luego de un período de duros enfrentamientos entre el ex gobernador y el ex presidente; y que todo se haría sobre la base de un absoluto e irrestricto respeto a la Constitución y al ordenamiento jurídico nacional y provincial.

Si hubiésemos querido encolumnarnos detrás del poder central hubiésemos votado al candidato de la Alianza K.

La violación sistemática de la Constitución Nacional y sus leyes se ha convertido en una malsana costumbre por parte del gobierno central y no quiero llegar a pensar que usted avalará con su presencia, en nombre del pueblo del Neuquén, esta actitud rayana en lo ilegal y, por tanto, ilegítima.

Alguien dijo alguna vez que "todos los extremos son malos", porque no permiten el disenso y terminan allanando el camino a las dictaduras, o lo que es peor, a las tiranías, aunque se pretendan vestir de democracias.

Las crisis institucionales deben ser tratadas con prioridad y la recuperación de las instituciones, como garantía de la República, debe ser un acto de estricta Justicia.

Hoy, el gobierno nacional detenta la suma del poder público, cosa viciada de nulidad absoluta y severamente tratada en la Constitución Nacional. La oposición política en la Argentina está licuada, al punto de no tener peso en estamento alguno.

Ahora bien, sería muy importante que usted dirigiera un mensaje al pueblo de la provincia y pusiese en blanco cuál va a ser el rol del gobierno neuquino y de los senadores y diputados nacionales por Neuquén en esta especie de alianza política (¿e ideológica?) con el kirchnerismo.

Si nuestro gobierno anterior defeccionó en cuestiones elementales, la corrección de los errores no necesariamente pasa por hacer exactamente lo contrario, porque se puede caer en nuevos e imprevisibles equívocos.

Constitución de la Provincia del Neuquén - Artículo 214º: "El gobernador es el jefe de la Administración de la Provincia y tiene las siguientes atribuciones y deberes:

1. Representar a la Provincia en sus relaciones con la Nación y con las demás provincias, con las cuales podrá celebrar convenios y tratados para fines de utilidad común, especialmente en materia cultural, educacional, económica y de administración de justicia, con aprobación de la Legislatura. (...)".

Hoy tenemos en Neuquén un Poder Legislativo con 35 miembros elegidos libremente por el pueblo, y ellos deben legislar para más de medio millón de neuquinos, no solamente para quienes los votaron.

Cuando aparecen dudas respecto a potenciales acuerdos con otras provincias o con el mismo Poder Ejecutivo nacional, es preferible someterlo a debate legislativo; y si con ello no alcanza, llamar a un plebiscito.

Y cuidado con la famosa y urticante disciplina partidaria, donde si algún diputado no está de acuerdo con la sanción de alguna ley o con algún accionar del gobierno es defenestrado o pasa al ostracismo en bloques unipersonales.

El mesianismo indolente por parte de la Nación debe tener su equilibrio en una oposición sana, productiva y constructiva como única alternativa para sostener la forma republicana de gobierno y la democracia como estilo de vida.

Señor gobernador, "Dentro de la Ley todo, fuera de la Ley, nada".

Fernando A. Trebino

LE 7.826.484 - Plottier