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"Atacan los efectos, pero no las causas"

Viendo los desastres que ocasionaron los temporales de lluvia en el norte neuquino, que motivan cuantiosos gastos en reparación de caminos, puentes, terraplenes y defensas, además de las penurias y peligros que sufren los pobladores de la región, observo que siempre se invierten las energías en combatir los efectos pero no se hace nada para corregir las causas.

Si bien las lluvias fueron más intensas que lo normal, como también ocurrió en el 2006, el problema real está en el deterioro de las cuencas por el sobrepastoreo que hace que los campos progresivamente vayan perdiendo la capacidad de retención del agua caída por falta de la cobertura vegetal, acelerándose el escurrimiento, erosionando la tierra, haciendo zanjones, perdiéndose el suelo más fértil que lo vemos pasar en la cantidad de sedimentos que llevan los ríos, que por esta causa tienen picos de crecidas anormales, ocasionando los destrozos conocidos aguas abajo y generándose un círculo vicioso que cada vez se agrava más.

Soy consciente que la solución no es fácil ni rápida dadas las implicancias sociales, culturales y políticas que conlleva el cambio de los sistemas pastoriles en el norte de nuestra provincia, pero si no se encara el problema en su origen los daños serán cada vez mayores.

Sé que es posible revertir esta situación porque lo hemos hecho. En la Estancia Los Remolinos y también en varios otros campos vecinos, se daba el mismo fenómeno por el sobrepastoreo de las cuencas con lanares, que motivaban fuertes crecidas de los arroyos que destruían todo. Se bajó la carga de hacienda, se empastaron los campos, se hicieron pequeños canalitos en curvas de nivel que distribuyen temporalmente las aguas de los arroyos, se hicieron y siguen haciendo pequeñas represas de tierra en los zanjones reteniendo el agua que en algún momento sobra, pero después falta. Así, con la suma de estos pequeños trabajos se logró amortiguar completamente los picos de crecidas de los arroyos. Con las fuertes lluvias de la semana pasada casi no aumentaron su caudal y las aguas bajaban totalmente cristalinas. De esta forma el campo hace el trabajo de una esponja, reteniendo la humedad que mejora notablemente las pasturas y se revierte el ciclo, permitiendo de paso mejorar la producción.

 

Miguel Anz,

DNI 6.605.270

San Martín de Los Andes



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