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"Escuro"

Pal gurí incomunicado, decidí comprarle un celu pa que me cuente sus cuitas, estudiando allá tan lejos.

Ansina me decidí y entré en un boliche de esos cartelitos de colores, con muchos vidrios y espejos y un idioma medio raro del que no hablaba mi viejo.

Le compré uno blanquito, con un ojito en el medio, teniva muchos botones, maraviyas y otros cuentos.

Lo metí en una cajita con la yerba y los fideos y lo mandé pa La Plata, los primeros mil docientos.

Poco duró mi ilusión del aparatito nuevo...

Un puñadito de días y se quedó mudo y ciego.

Me lo mandó en una caja: los segundos mil docientos y me fui para el boliche pa volver con uno nuevo.

La muchacha me miraba con esos ojitos negros: "¡Hay cada gaucho en la pampa!" pensaba pa sus adentros.

-Lo viá mandar pa Bahía y en dos meses: ¡como nuevo!

-Viá precisar la cajita, el moño, los documentos.

Cuando llegó la cajita (de La Plata por supuesto) Blanquito empezó otro viaje, esta vez sólo quinientos.

Los dos parecieron tres, pero volvió como nuevo, la macana es que no andaba, o no tenían repuesto o la cencia no alcanzaba o que se yo que otro cuento.

-Va tener que ir a Neuquén, me dijo ojitos negros que allá había un oficial, de seguro era un sargento que me lo iba a cambear por otro que andaba en serio.

Y me fui para Neuquén sólo cincuenta, ¡qué bueno!

Risulta que el oficial eran treinta cucha e perro, donde la gente ladraba a sesenta ojitos negros.

Yo me sentía medio raro como payaso en entierro.

Aquí en esta mesma tierra yo me sentía extranjero.

Que "va tener que esperar", "un tiempo, lo estudiemos" que quizás haya un tal vez que de ripente quien dice, entonces seguro que, capaz algún día, ¿viste?

Se la hago corta aparcero, porque veo que se ha dormido.

Risulta que me dijeron que ellos sólo lo vendieron, que el dueño era un tal gringo y con apellido julero que se lo iban a mandar, pa que resuelva el entuerto.

Que vivía en los Guenos Aires, que tardaría mucho tiempo.

Y allá se fue mi blanquito otra vez los mil docientos. Di seguro que en un chasqui, irá al trote o paso lento. Al gurí incomunicado, de esto yo ya ni le cuento no llora por el blanquito, pues no alcanzó ni a quererlo, mientras que el negocio es claro y escuro el futuro nuestro.

 

Osvaldo Monroy,

DNI 14.389.055

Roca



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