>
"Que Dios y la patria me lo demanden"

Palabras usadas por los políticos al asumir sus cargos, pero que luego olvidan con rapidez.

Escucho al gobernador de Neuquén pedir ayuda a Dios para salir de la difícil situación que dejó la gestión Sobisch. El gobernador de Río Negro pide a Dios que lo ilumine en la conducción de su querida provincia. Por Dios pide la presidenta de la Nación a los representantes del agro para que no desabastezcan de alimentos las góndolas de los argentinos.

Pero luego hacen oídos sordos a los reclamos del pueblo, desatendiendo las súplicas de los maestros por un salario digno, los pedidos de justicia, la necesidad de seguridad y de mejoras en el área salud.

Mienten y subestiman al pueblo publicando un índice de inflación del 1% cuando la realidad refleja un 35 ó 40%.

Por favor la hipocresía no va de la mano de la religión ni del Dios que invocan. La incapacidad de demostrar que con la democracia se vive, se come y se educa es su propia mentira. No mezclen a Dios en el infierno en que nos han metido a todos los argentinos, sin salud, sin educación, sin justicia y sin derechos sociales; desde el comienzo de esta mal llamada democracia.

Señores de la política: con sus incoherencias, sus sandeces, sus mentiras y su hipocresía terminaron convenciendo al diablo de que es bueno.

Si de algo me avergüenzo es de haber votado durante los últimos veintiséis años pensando que podría cambiar todo para mejor en mi país, pero veo que vivo en una democracia de la peor dictadura.

Dios, yo no te invoco por mis errores, yo no te culpo ni responsabilizo de nada.

Dios, la culpa la tengo yo.

Luis Hernández, LE 8.216.810

Allen



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí