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Persevera y triunfarás

Otro gusto "mundial" para Machinea.

Cuando llegó a las Altas Cumbres y vio que seguía lloviendo, Manuel Machinea seguro pensó que otra vez iba a padecer en el barro. Nada de eso pasó, porque el cipoleño pudo cerrar la tercera y última etapa con un trabajo sin fallas. Su tesón por no bajar los brazos ante la adversidad le permitió quedarse con la victoria en la 28 edición del Rally de la República Argentina, en el Grupo N-3, pero por los contratiempos no pudo cumplir su objetivo de ser el mejor de la tracción simple.

Machinea no pone excusas cuando habla del barro en las pruebas y reconoce que sufre manejando en esas condiciones. Ayer tuvo una nueva prueba, porque el mal tiempo nunca abandonó a este clásico del Mundial.

Los tramos en las Altas Cumbres, tanto el de Giulio Césare-Mina Clavero como el de El Cóndor-Copina, se disputaron bajo una intensa lluvia y un barro que por momentos hacía imposible llevar a los autos por el camino. Por supuesto, el agua también fue la protagonista del cierre en el estadio Olímpico.

Ganó bien el primer especial, se demoró algo en el segundo, donde tomó todas las precauciones porque venía largando último y el público empezó a moverse, y cerró con un buen tiempo en el último tramo, que le permitió ganar la tercera etapa en la general de la tracción libre.

Mientras, con solo llegar se sabía que era el ganador en el Grupo N-3, lo que le permitió sumar su segunda triunfo en fila en el Rally de la Argentina.

Cuando el auto no tuvo problemas, fue casi inalcanzable para los pilotos de las otras divisiones de tracción simple, los que tanto como Machinea sufrieron a más no poder con la lluvia, el barro y el deterioro de los caminos, lo que convirtió al Rally argentino en una auténtica prueba de supervivencia.

El triunfo no tuvo el sabor del anterior. Por eso, cuando esperaba para ingresar el auto al parque cerrado y dirigirse a la ceremonia de premiación, el cipoleño dijo que "es la victoria que menos disfruté. Nos mató la lluvia en la primera etapa. Y en la segunda, cuando veníamos recuperando, una piedra nos rompió el sensor del cigüeñal, algo increíble".

"En la última, hice la diferencia en el Giulio -agregó-. En El Cóndor tuve que venir a uno, estaba imposible y me quedé sin agua para el limpiaparabrisas". (RB)



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