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"Petróleo, desgraciado espejismo"

Es un mal necesario. A la civilización actual quizás a futuro la llamen "la era del petróleo". Desgraciadamente el desarrollo tecnológico, la máquina, así lo imponen. Y desgraciadamente porque quizás así la denominen cuando la especie humana ya no exista por haber tenido la soberbia de atentar contra la naturaleza, o sea, contra sí mismo (léase calentamiento climático, CO2 emitidos por autos, etc., etc....).

Y por qué un espejismo: porque cual beduino sediento, vemos en él una ilusión, una quimera. Símil a la "fiebre del oro", (EE.UU., lejano oeste). La primera imagen colectiva ante la cercanía o posibilidad de extracción de petróleo es de abundancia, ven un enorme cuerno vertiendo dinero... Y es cierto, aparece como en otras "industrias" mucho dinero.

Mucho, pero en manos de muy poquitos y a costa de la contaminación y pobreza de los muchos. Contaminación y pobreza que significan mala calidad de vida.

¿Un análisis apocalíptico? Para muestra basta un botón: dos países de enorme producción petrolífera son Arabia Saudita y Venezuela; la mayor del mundo el primero; y son también los que ocupan los lugares más destacados en sus índices de iniquidad y pobreza. Venezuela, gracias al petróleo, perdió toda la agricultura de la Cuenca del Orinoco y hoy inundada de petróleo ¡pasa hambre!

Salvémonos de esta plaga bíblica, el petróleo. No lo dejemos inundar Paso Córdoba hoy y General Roca mañana. Mantengamos nuestro hermoso pueblo rural, con perfume de manzana.

Si no puede -con el tiempo-convertirse en una ciudad corrupta, insegura, contaminada y con enormes bolsones de pobreza y lo que es más triste: rezando porque el "dios negro" no se termine, para que en poco tiempo no se desmorone toda la "parafernalia". Seamos felices en nuestra Roca rural. Que no nos inunde el "oro negro".

 

Carlos Héctor López (argentino)

DNI 4.820.317

Roca



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