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"Siempre termino pagando yo"

A través del diario "Río Negro" estoy siguiendo en estos días el debate acerca de la obra social provincial, el Ipross. Confieso que a veces los argumentos esgrimidos escapan a mi comprensión, porque no soy sanitarista ni especialista en finanzas.

Sólo puedo aportar al debate mi experiencia como afiliado al Ipross. Lo soy desde que comencé a trabajar en esta provincia, en 1975.

He utilizado muy escasamente la obra social. Pero, con la edad y los achaques, uno empieza a necesitarla.

En los próximos días conmemoraré un año desde que pedí realizar por la obra social una operación para resolver una insuficiencia respiratoria. Por la noche tengo trastornos respiratorios con apnea. Esto no sólo deteriora la calidad de vida, sino que al cabo de cierta cantidad de episodios el paciente se encuentra en riesgo de muerte.

El primer diagnóstico de este trastorno lo conseguí en forma particular, porque no lograba una clara definición a través del servicio profesional de Ipross. De modo que pagué de modo privado y logré esa definición. Luego fui al médico del Ipross, que confirmó tal apreciación y dispuso que debo ser operado. Esto tuvo lugar en junio del 2007.

Por otra parte, y posiblemente en relación con el mismo problema, comencé a tener hipertensión. Después de tres intentos de obtener el medicamento para esto a través de la obra social comprobé que es bastante difícil acertar con la forma correcta. "No, la receta fue rechazada porque Ipross no acepta que sea en cajitas de 30 cápsulas" fue una de las respuestas. Al cabo de varios intentos frustrados, hace ya un año que vengo comprando este medicamento con mis recursos.

Días pasados, el médico al que le pago con mis recursos me aconsejó aplicarme la vacuna contra la gripe. Pero... Ipross todavía no dispuso que se aplique a sus afiliados. En esto va retrasada "nuestra" obra social, v. gr. respecto al PAMI. Y sí, como dicen los que saben, la vacuna hace efecto desde los treinta días de aplicada, en caso de esperar la del Ipross estaré inmunizado en primavera. Así que fui a vacunarme pagando por mi cuenta. El importe no es escaso.

Luego de esta experiencia con una obra social a cuyos funcionarios y directores les he pagado mucho más de lo que he recibido en atención básica de la salud, quiero formular una breve reflexión. Tengo compañeros y amigos desaparecidos en los años 1975 y siguientes. Los recuerdo cada día con dolor y quisiera que los argentinos no los olviden.

Pero ahora me pregunto, cuántas son las víctimas del trámite lento y la mala administración bajo esto que se denomina "democracia" y que es quizás demasiado parecido a un gobierno de corporaciones con algún aderezo de eficiente máquina electoral de tanto en tanto. Cuántas serán las personas que están pasando por situaciones similares a la mía y tienen que soportar en silencio el maltrato de quienes administran, regulan y dirigen el Ipross, y no sólo el Ipross...

 

Ramón Minieri, DNI 5.511.376

Río Colorado



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