Hace aproximadamente siete años tuve que vivir un momento muy doloroso, aunque mucho más lo fue para mi hija, quien perdió a su bebé de casi seis meses de gestación y fue atendida en el Policlínico Neuquén. Como si ese dolor fuera poco, me dieron en mano, en una "caja de zapatos", al bebé, y tuve que llevarlo personalmente al laboratorio para que analizaran la causa de la pérdida.

Reclamé si no tenían personal que se encargara del asunto y una empleada, muy suelta de cuerpo, me dijo: "No señora, pero nosotros se lo damos en una cajita bien cerrada", como si eso bastara para calmar todo lo que acarreaba el "trámite".

Hace unos días una amiga perdió a su beba, mucho más grande (de casi 8 meses) y tuvo que pasar por ese mismo dolor en la misma entidad. Pensé que en estos años algo habían mejorado, pero no fue así.

Trabajé hasta hace dos años en el hospital de Centenario, donde ya desde 1972 y hasta hoy existe un empleado que lleva lo referente a anatomía patológica y los pacientes o familiares no tienen que peregrinar con otro dolor agregado a cuestas. Me pregunto y le pregunto a esta entidad privada, ¿tanto cuesta tener un servicio para librar de este calvario a las personas? ¿Tan poco les importa el dolor de los demás? Ojalá todo cambie.

Marta Gladis Forquera

DNI 10.042.129

Centenario