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"El afán de insultar los invadió"

Me decidí a escribir esta carta cansada, harta, de encontrarme y soportar a quienes sólo saben de insultos y agresiones.

Me refiero a quienes forman parte de agrupaciones y/o partidos políticos que no sacan más del 2% de los votos en cuanta elección se presentan -llámese interna de ATEN, a diputados, senadores, gobernador, etcétera- y se juntan y dividen en mil pedazos pasando del amor al odio como quien cruza una calle -sin tránsito-. Y, como tienen poca práctica de construcción, gritan para imponer aunque nadie pueda o quiera escucharlos.

Esto fue precisamente lo que hizo el pasado 4 del corriente un pequeño grupo -pequeñísimo comparado con la multitud de ese mediodía- que, con los ojos desorbitados, gritaba consignas contra sus "enemigos" -que no eran precisamente Sobisch, Pascuarelli, Salazar ni Poblete-. En una actitud que se asemejaba a una cacería de brujas, este grupito fue buscando -o cazando- a cuanto burócrata traidor de la clase trabajadora andaba por ahí y a cuanta cámara pudiera enfocarlo.

Qué lástima que el afán de insultar los invadiera y no fueran capaces de imaginar que ese día 60.000 pies -más de 100.000 si contamos las marchas de todo el país- avanzaban con un mismo objetivo: juicio y castigo a los responsables materiales, políticos e ideológicos del fusilamiento de Carlos.

Sé que para ustedes es muy difícil pensar tremendo ejemplo de unidad: son muchas horas cátedra de romper todo lo que no sea de su agrupación o de su partido -y a la tarde, en un curso acelerado, critican a la conducción de ATEN con las mismas palabras que habría utilizado la derecha o el sobischismo... no me sorprende que confundan al enemigo, no me sorprende-.

Pero ¿saben qué? -y esto lo aprendí allá por los años '60, cuando armaba mi primera torre de cubos de madera-: no es rompiendo que se construye.

Somos muchos, miles, los que estamos convencidos de que se puede y se debe juntar a todos aquellos que estamos a favor de la vida para que nunca más se reprima y mate al que lucha por una vida digna y para que se encarcele a los culpables. Les pido a ustedes, los gritones, los más luchadores que yo y que cualquiera, que miren un poquito a su lado... ¿no se están quedando solos? Hay otras voces; si gritan tanto no pueden. Dejen ya de escribir tantos insultos. ¿Saben? Se les están pasando los días, los momentos, la historia... ¡shh! Hagan silencio, escuchen... ¿pueden? Es el sonido de los pasos de miles y miles en todo el país que avanzan firmes y unidos, junto a Sandra y sus hijas pidiendo ¡justicia!

Verónica Coelho, DNI 16.245.866

(Militante de ATEN desde 1984)

Plottier



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