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"Nauseabundo olor: ¿reaccionamos?"

Sinceramente, no puedo comprender cómo los habitantes del Alto Valle de Río Negro y Neuquén aún no se hayan cuestionado y reaccionado respecto del origen que provoca el nauseabundo olor a podrido que perciben cuando cruzan el puente que une las ciudades de Cipolletti y Neuquén.

O bien no entiendo por qué los habitantes de la ciudad de Cipolletti se resignan ante el hecho de que en su propio balneario de la Isla Jordán esté prohibido bañarse porque sus aguas están contaminadas.

Ni tampoco entro en razón acerca de cómo es posible que los habitantes de la ciudad de Neuquén todavía no hayan reaccionado ante la denuncia efectuada por el programa de televisión CQC, que con duras imágenes mostró cómo sus efluentes cloacales son volcados crudos al río Limay.

¿Pensarán o -tal vez- pensaremos que esta cuestión sobre el envenenamiento de nuestros ríos es una cuestión exclusiva de los funcionarios de turno, un problema ajeno a todos y que no compromete el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y demás por venir?

Hoy, la evidencia sobre la contaminación de los ríos Limay, Neuquén y Negro es un hecho cierto, sobre el cual ya no podemos esperar hasta que su plena degradación nos supere. Entonces, o bien reaccionamos ahora, todos juntos, como ciudadanos ocupados en canalizar la recomposición de cada uno de los focos de origen cloacal, industrial y/o agroquímico que hoy contaminan nuestros ríos, o bien, cargaremos con el emblema de su podredumbre.

Elvio Mendioroz, LE 8.213.861

unopatun@rnonline.com.ar

Carmen de Patagones



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