Conocí a Ana Zerdán; compartimos el trabajo hospitalario y algunos sueños (quizá utopías): una salud de calidad y al alcance de todos, respeto por los derechos humanos y la democratización de UPCN a través de una lista opositora al aparato gremial con un puñado de idealistas, entre otros.

Siempre admiré su incansable capacidad de lucha y entrega a los demás, su entereza, generosidad e independencia, por eso me dolió tanto su muerte, y que fuera de forma tan violenta.

Por mi condición de atea sólo creo en la justicia de los hombres, así que espero que quienes tienen la capacidad de juzgar castiguen a los culpables de su asesinato; sería una manera de que quienes sentimos afecto por ella encontráramos algo de consuelo ante tanta barbarie.

María del Carmen Mena

DNI 4.962.536

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