Autonomía y Libertad.

En ningún caso se cumple con esta señal, los partidos políticos hacen de la casa de los vecinos un verdadero elemento político partidario. Desconociendo el derecho de los ciudadanos en general.

Las vecinales fueron creadas con el fin de que todos los vecinos concurran y puedan presentar sus inquietudes y necesidades, debe ser el ámbito donde se ejerza la democracia permanentemente, sin la intromisión de los sectores reconocidos políticamente. Sus miembros pueden participar en estas organizaciones, pero el interés supremo debe ser el barrio. La coincidencia de los componentes deben ser los objetivos comunes, como promoción socio-cultural, la gestión de bibliotecas, escuelas, centros de recreación, etc. en pro de la comunidad. Hoy, en la mayoría de los casos se observa lo contrario.

Cuando hay elecciones en las vecinales -en muchas de las situaciones- los partidos políticos son los que ponen los aparatos a favor del candidato afín, desvirtuando la esencia misma de tan noble institución. Luego de transcurrido el período electoral se olvidan, no visitan más a éstas.

Hay personajes útiles a los intereses de los partidos políticos dentro de ellas, desconociendo la función de generar actos en bien de la comunidad toda.

Los vecinos honestos se privan en muchos casos de participar en las vecinales, porque saben el riesgo que corren, pueden llegar a perder el honor en manos de unos inescrupulosos que viven en ese ámbito para obtener réditos políticos y así posicionarse dentro de su organización, porque de lo contrario no lo alcanzarían hacer, esta actitud es avalada por sus dirigentes políticos.

Con este carácter se pierden recursos humanos importantísimos que harían más dinámicas y ejecutivas a las vecinales, jerarquizando la función y trayectoria de las mismas.

Al ser conducidas con contorno apolítico se resolverían con prontitud los problemas del barrio, porque los funcionarios no se sentirían presionados ni comprometidos ideológicamente, primaría el deber y la honestidad funcional del representante del Estado.

Las autoridades vecinales deben trabajar en sintonía con los funcionarios municipales y provinciales, con esta cualidad pueden obtener logros mayúsculos para su barrio y representados. Marcando las necesidades primordiales he informando con premura a la autoridad inmediata superior competente en los requerimientos de los vecinos y comprometiendo a ésta a cumplir con las soluciones de los problemas evidentes y ciertos.

Es innegable el aire partidario que viven las vecinales en su mayoría, los políticos que acceden a un cargo de alto poder en el Estado provincial se desvelan pensado en obtener la casa de los vecinos y con este carácter controlarlas por algún partidario afín, con lo cual aspiran tener todo el barrio fiscalizado filosóficamente.

Los ciudadanos en general saben de esta situación, intromisión del partido provincial por parte de la cúspide del poder político en todos sus gobiernos, con esa sombra los vecinos son los que sufren las consecuencias.

Y como resultado de esto no logran obtener las soluciones a los problemas de su barrio y sí que las autoridades vecinales no realicen los controles pertinentes en obras y servicios.

La libertad que pregonan aquellos líderes políticos sobre el accionar de esta institución es demagógica, ya que en la práctica no se lleva a cabo. Es por ello que autonomía y libertad es una utopía.

Miguel Ángel Henríquez, DNI 10.868.858

Neuquén