Leo en la página 8 de la edición de este diario, del 12 de marzo ppdo., el desarrollo de comentarios y explicaciones del Banco Patagonia SA en la persona del gerente de pagos de haberes y jubilaciones, señor Marcelo Vecchi, respecto al "nuevo método para evitar colas en el pago a los jubilados", según dice. En verdad lo veo como una motivación para el mayor uso del cajero automático.

Pero vayamos a las "conclusiones" que se derivan de todo lo que allí se expresa:

1º) El recibo de pago no lo entrega más el cajero del banco una vez que abona el efectivo (¡qué lástima!, era rápido y practiquísimo el sistema; uno cobraba, le daban el recibo y... listo).

2º) El nuevo sistema no es obligatorio (pero en los hechos sí).

3º) Que el jubilado tiene las siguientes opciones: a) cobrar por cajero automático y por allí retirar el recibo; b) cobrar por caja y después ir a retirar el recibo al cajero automático; c) cobrar por caja y luego retirar el recibo por el primer mostrador de la sucursal.

Pero es aquí, en esta última opción o alternativa, donde se plantean dificultades para obtener el recibo (directamente hay negativa o por vía de excepción). Es llamativo, ¿por qué?

El recibo es un documento importante para el jubilado. Lo necesita, es lo único que lo "liga" a la Anses. Además tiene allí el detalle de conceptos de su haber y de todos los descuentos que se le efectúan (obra social, seguros, cuotas de préstamos y mutual, impuestos, etc.), sumas que deben controlarse todos los meses.

No por sabido (creo) resulta ocioso recordarlo: en el caso de jubilaciones y pensiones... "los bancos son agentes pagadores (ergo, no pueden negarse a pagar), eso conlleva también la entrega de toda papelería vinculada al trámite (obviamente recibos) y deben arbitrar los medios para que la diligencia se cumpla totalmente ya que se actúa por cuenta de terceros...".

No se trata aquí de cuestionar -de ninguna manera- las facultades del banco o de sus funcionarios para disponer las cosas -lo entiendo perfectamente, pues me ha tocado mucho antes de ahora, junto a otros, tener que resolver dilemas en el desaparecido Banco Provincia de Río Negro" que abrimos allá por diciembre del '60 y febrero 1961 con el doctor Castello. No sé cuántos quedamos vivos de aquellos días- pero es importante sí peticionar o solicitar para que las alternativas se aclaren con precisión, de suerte que las operaciones se sucedan con agilidad y fluidez para que nadie se incomode o moleste en cada instancia.

Sería oportuno que se revise esto, atento a la envergadura e importancia que el Banco Patagonia tiene en la provincia.

Carlos Alberto Salazar

LE 7.385.743

Viedma