Un tema que se ha tornado preocupante para todos los sectores de la sociedad es la cantidad de muertes producidas en accidentes de tránsito. Esta causa de muerte ha originado variadas opiniones, como ser: hacen falta más controles, multas más abultadas, secuestro de vehículos, mejores rutas, señalización vial adecuada, carnet único nacional para conducir, registro nacional de infracciones y todas aquellas que al lector o a las autoridades competentes se le puedan ocurrir, como la de restringir la circulación de camiones en ciertos horarios, con motivo de la Semana Santa.

Cualquiera de estas medidas que se pongan en práctica no dejarán de ser sólo una expresión de deseos, ya que ni siquiera servirán para bajar el alto índice de accidentes y muertes. Sólo basta tener en cuenta el último "fin de semana largo", donde algunos medios establecen en alrededor de 50 los muertos en las rutas del país -más que en la misma época del 2007- y si contabilizáramos los accidentes ocurridos en zonas urbanas, llegaríamos a 150 víctimas fatales.

Cuando los conductores tomemos real conciencia de que vamos al mando de una "máquina" capaz de destruir familias completas; que si nos desplazamos por las rutas con fines vacacionales o comerciales, nuestro principal objetivo debe ser llegar y volver; que debemos tener el vehículo en perfectas condiciones mecánicas y de seguridad; que todos debemos viajar con el cinturón de seguridad colocado; que antes de un viaje tenemos que descansar, partir con suficiente tiempo y no pretender recuperar con mayor velocidad algún retraso; que no tenemos que consumir alcohol y tener presente los efectos de algunos medicamentos; que no debemos hablar por teléfono mientras conducimos; que en un viaje largo tenemos que detenernos cada 200 kilómetros o cada 2 horas y caminar 5 ó 10 minutos; que durante la marcha debemos conducir absolutamente concentrados, observar todos los ángulos visuales, incluidos los traseros usando el espejo retrovisor; mantener la distancia de frenado para pavimento seco y húmedo; que la mejor forma de conducir es "a la defensiva", porque podemos saber cómo conducimos pero no cómo lo hacen los demás; que los padres no debemos permitir que nuestros hijos novatos en la conducción, lo hagan sin ningún control paterno. Si a todo esto le agregamos el respeto a las normas de tránsito y aprendemos a valorar nuestra vida, la de nuestra familia y la de nuestros semejantes, no tendremos que lamentar más muertes por este motivo.

Alberto Lino Guajardo

DNI 7.567.367

Regina