Sí, ya pasaron 367 días desde el fusilamiento de un docente y aún no se hizo justicia, al menos terrenal.

367 días desde la pérdida física de un maestro.

367 días hace que dos niñas no reciben el beso de las "buenas noches" de su papá.

367 días en la vida de una esposa que intenta a diario continuar con esta lucha incansable, sabiendo que ya nunca más regresará.

367 días hace que sus amigos lo esperan para conversar.

367 días que los alumnos pasaron sin su docente.

367 días pasaron los docentes sin un colega.

367 días de profunda tristeza, de dolor, de impotencia, de duelo... de impunidad. 367 días de desasosiego.

¿Hasta cuándo?

Nosotros, los padres, les enseñamos a nuestros hijos que tienen derechos y que deben hacerlos cumplir.

Nosotros, los docentes, les enseñamos a nuestros alumnos que tienen derechos y que también deben hacerlos cumplir; les enseñamos a sumar, no a restar ni a robar vidas.

¿Dónde están los derechos de los maestros, que trabajamos como el resto de la población y no todo el dinero que percibimos llega de ese modo a nuestro hogar? Colaboramos con hojas, lápices, fotocopias, presentes para el Día del Niño y del Estudiante... ¡y que no percibimos del Estado! Salen del corazón, de nuestro trabajo, de esa remuneración por la que Carlos Fuentealba reclamaba. ¿Tan injusto fue exigir un salario digno para todos los docentes, que también es un derecho de todos los trabajadores pero parece que, cuando de docentes se trata, muchos gobernantes hacen oídos sordos?

367 días en que las tizas aún han seguido manchadas con sangre... con sangre de quien fue y será un ejemplo para todos los argentinos. Como argentina pido justicia, pero también una oración para que la misericordia de Dios se muestre más grande que mi tristeza e indignación.

Soraya Mariana Weiman DNI 22.784.070

Escuela Nº 52

Aluminé