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"Por fin un Estadista" | ||
Estoy viendo por televisión cómo los piqueteros K, despreciados por la oligarquía terrateniente de nuestro país cuando en realidad deberían ser ensalzados por su vocación de servicio y compromiso con la gran causa de nuestra Presidenta, invitan al diálogo a los díscolos que ocupan la plaza con elementos contundentes como ollas, tapas de cacerolas y cucharones, negándose a ver todo lo bueno que el matrimonio imperial (perdón, presidencial) nos ha dado en estos años. Indudablemente, el contacto continuo con el volante y el caño de escape de las cuatro por cuatro les ha nublado el cerebro y no les permite comprender que, si no fuera porque tenemos los gobernantes que tenemos, con funcionarios que han jerarquizado las secretarías y ministerios que ocupan con su capacidad, honradez y don de gentes (vayan como simple ejemplo figuras de la talla de los ministros Fernández y De Vido o secretarios de la envergadura de Jaime o Moreno), todos estaríamos sumidos en el peor de los submundos, quizá en vías de convertirnos en una Noruega, Suecia, Islandia o cualquiera de esos inmundos países en los que se respetan los derechos de unos y de otros, en los que se castiga la corrupción, en los que no se permite el corte de rutas y punto, sin importar si lo realiza el partidario o el contrario al gobierno de turno; lugares decadentes en los que las obras públicas no se pagan dos o tres veces su valor sino sólo una. En fin. ¡Pobres gentes! Gracias a Dios, luego de trece días de conflicto con el sector agrícola-ganadero, nuestra Excelentísima Señora Presidenta, con indudables y claros gestos de verdadera Estadista (con mayúsculas), salió al cruce y enfrentó el problema con palabras que invitan al diálogo fecundo y a retomar la racionalidad, diferenciando para propios y extraños a los pequeños productores que luchan por salir adelante de los grandes grupos económicos que no tienen mayores miramientos a la hora de generar beneficios para sí mismos. Gracias a Dios esta Estadista es apoyada por nuestro benemérito señor Gobernador, quien tuvo a bien inaugurar hace unos meses unas hermosas cocheras como parte de las obras del Hospital local, en el que los pacientes están teniendo la mala costumbre de dormir en los pasillos. No sé qué sería de nosotros sin ellos, pero bueno sería que recordáramos que ellos están donde están porque nosotros los pusimos allí. Seguimos optando por el facilismo, del mismo modo en que se lo votó al innombrable en 1995 porque todos tenían un crédito que pagar mientras millones perdían las ganas de vivir. Seguimos, en nuestro terror a la verdadera Libertad, votando por el caudillo de turno, por el más macho o por quien él decide que votemos para que lo reemplace. Seguimos permitiendo que nos roben el futuro en forma de indignos planes "Trabajar", subsidios que sólo esconden la compra de voluntades, paco, inseguridad, violencia, falta de educación y de oportunidades, etcétera. Seguimos permitiendo que nos suban a camionetas, camiones, colectivos o lo que sea para ir a donde nos lleven para vitorear a quien nos digan a cambio de un sándwich y un billete. Ya ni siquiera recordamos las estrofas de nuestro Himno Nacional ("juremos con gloria morir"). Triste destino el de un país en el que las nuevas generaciones tienen menos conocimientos y raciocinio que las anteriores, porque es un país en involución. Infames quienes pergeñan esta realidad y quienes se encargan de concretarla. Bueno sería que despertáramos de este letargo y decidiéramos no dejarnos llevar más como ganado, sino tomar las riendas de nuestro propio destino y tratar de votar por gente honesta y con verdadera vocación de servicio, que entienda que el Poder debe ser Servicio y no Corrupción. Para aquellos que supongan que pertenezco a algún grupo en particular, me permito recordar que no estoy afiliado a ningún partido político, que sólo vivo de mi trabajo y que ni siquiera tengo aún casa propia. Simplemente deseo algo mejor para mi país y lucho porque mis hijos puedan crecer y desarrollarse como seres humanos Libres y Pensantes en un lugar en el que quien piense distinto no sea el enemigo a destruir sino alguien que tenga los mismos derechos que cada uno de los demás. Una vez más, perdón por la lata.
Fernando R. Martinel Ferreyra DNI 13.509.081 Bariloche |
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